El Bierzo también es a veces una cuestión de perspectiva. Si vives en la meseta castellana, la hoya berciana será añoranza y hasta inspiración. Si protagonizaste en primera persona parte de la ebullición cultural y social en los ochenta y ahora se te cae el alma a los pies cuando paseas por la Avenida de la Puebla, tienes que recurrir al diccionario de sinónimos y antónimos para contraponer ilusión a tristeza. May Criado le dio a Ponferrada un marchamo en materia de cerámica con una escuela que agotaba las plazas y una feria que es referencia nacional. Lleva más de dos décadas afincada en Tudela de Duero (Valladolid), donde desarrolla su carrera como ceramista y escultora mientras da clases de Dibujo. El Bierzo siempre está en su horizonte.

May Criado, junto a una de sus obras

May Criado, que reside desde hace años en Tudela de Duero, le dio a Ponferrada un marchamo en materia de cerámica con una escuela que agotaba las plazas y una feria que es referencia nacional

May fue la última en llegar en una familia de cuatro hermanos. El centro de Ponferrada era el hábitat de una infancia jugando a la goma o al avión hasta que llamaban por la ventana porque había llegado la hora de la cena. Se crio junto a aquel espacio denominado ‘la Selva’ en una ciudad todavía marcada por el peso de un desarrollo industrial sin precedentes. Tras cursar sus primeros estudios en las Concepcionistas, formó parte de la segunda promoción del BUP, pasó por los institutos Álvaro de Mendaña y Gil y Carrasco e hizo el COU en Tennessee (Estados Unidos) siguiendo los pasos de su hermano Toño Criado, cronista parlamentario de Radio Nacional de España. Las diferencias entre países eran entonces mayores; hablar por teléfono, una odisea a coste de artículo de lujo: “En todo el curso llamé a casa una vez y con el reloj en la mano porque era conferencia”.

Antes incluso de aquella experiencia estadounidense, la cerámica había llegado a su vida de la mano de un sobrino de Antoni Tàpies que se había afincado en Molinaferrera. Tenía claro que su vertiente era la artística. Y pasó un año en Madrid entre la escuela de artes y un taller particular. De regreso a Ponferrada, se subió a la ola de un período de transformaciones. La transición no solamente era política. “Había habido un gran vacío y entonces teníamos muchas ganas de hacer cosas”, cuenta May, que encontró aliados en el Ayuntamiento de Ponferrada, donde Noemí Álvarez Pintor llevaba la Concejalía de Cultura. De ahí, en conjunción con Gerardo Queipo, surgió en la primera mitad de los ochenta la Escuela Municipal de Cerámica, un “éxito” en el que volaban las plazas de matrícula, y la Feria de Cerámica, a imagen y semejanza de la de Zamora hasta convertirse en una de las actividades con más solera de las Fiestas de la Encina.

“Yo había sido muy autodidacta”, señala May Criado, que estudió después Bellas Artes en Salamanca, donde coincidió como compañera con una antigua alumna de la Escuela de Ponferrada. Desde entonces ha seguido compaginando la creación con la docencia. Dio clase un curso en el Álvaro de Mendaña para componer un ‘skyline’ del Bierzo. Y ahora sufre las consecuencias de unos recortes en materia educativa que se han cargado unas cuantas asignaturas optativas vinculadas a la rama artística, que en ocasiones se ha sentido como la hermana pobre del sistema frente a la preponderancia de las troncales. “Hay una parte creativa dentro de cada uno. Y conmigo los alumnos la tienen que desarrollar. No necesariamente van a ser artistas. Pero esa parte creativa les va a valer en la vida”, resume ahora que imparte Dibujo a chavales de la ESO tras haber dado clase también en la Escuela de Arte de Valladolid.

“Teníamos muchas ganas de hacer cosas”, cuenta sobre los ochenta May, que encontró aliados en el Ayuntamiento de Ponferrada, donde Noemí Álvarez Pintor llevaba la Concejalía de Cultura

El currículum que había labrado desde los tiempos de exposiciones en Ponferrada con la Casa de la Cultura recién inaugurada fue engordando con su traslado a un lugar en el que encuentra “más posibilidades de trabajo” mientras iba incrementando también la presencia en ferias internacionales en países como Holanda o Austria. Ahora que pone el retrovisor, y aun admitiendo que está “desvinculada” de la realidad cultural del Bierzo, no puede evitar sentir nostalgia de aquellos años de explosión: “Ponferrada tenía en los ochenta más actividad incluso que León. No es que se hicieran grandes eventos, pero estábamos todos muy ilusionados”.

El Bierzo “influye” de manera consciente o inconsciente en la creación artística desde la perspectiva de una berciana de la diáspora que ha modelado su carrera siempre con una mano en su tierra

El Bierzo está en el horizonte de May Criado incluso con una vida “asentada” en Tudela de Duero. Regresar no es descartable. “Me da pena ver cómo está. La crisis le ha afectado mucho. Pero es una tierra que te permite disfrutar de la naturaleza. Sus valles, sus ríos… Yo nunca me he bañado en el Duero”, contrapone sin obviar que su comarca de origen también “influye” de manera consciente o inconsciente en la creación artística desde la perspectiva de una berciana de la diáspora que ha modelado su carrera siempre con una mano en su tierra.

May Criado