Pocas cosas se pueden añadir a la despedida que le hace su hermano. Eduardo, como tenía por costumbre y vocación, ejerció de maestro de ceremonias en la entrevista que tuvimos con su madre Nines. Paciencia, sonrisa impertérrita, y unos ojos brillantes, los de ella, que también heredó Toño y que hoy vuelven a apagarse. Nos encontramos por última vez en el Hospital el 11 de marzo, le pregunté qué estaba pasando. Que tuviera cuidado, que no me prodigara en besos ni abrazos, que la cosa estaba jodida. “Te quiero, como decía Antonio Pereira en la medida del arco de mis brazos y en ti se cumplen todos mis caminos” le dice ahora su hermano. Si te despiden así tu vida ha merecido mucho la pena.
Eduardo Criado, director médico del Hospital El Bierzo entre 2001 y 2002 y gerente de Atención Primaria desde esa fecha hasta 2016, ha fallecido a la edad de 68 años. En marzo de este año Eduardo tuvo que acudir a urgencias por un percance familiar y, preguntado por la prensa al comienzo de la pandemia, apeló a la máxima prudencia, sensatez y seguridad en todo el Área de Salud del Bierzo y a la necesidad de llevar mascarillas. Se ofreció, aunque estaba jubilado desde hace dos años, a ayudar desinteresadamente si había falta de médicos. El 28 de octubre entraba en planta en el hospital al dar positivo por Covid y el 31 de octubre mandaba su último mensaje por wasap: “Esto es muy duro. Cuidaros todos mucho siguiendo las indicaciones sanitarias, esto no es una broma”. Después de 42 días en la UCI no se pudo hacer nada a pesar de todos los esfuerzos del equipo médico y a la profesionalidad y el celo en su trabajo.
Nunca olvidaré el día que empeoraste y me tuve que separar de ti, un mes y medio horrible, sin apenas noticias tuyas, a la espera impaciente del único parte emitido por el hospital sobre la una de la tarde. Sin permiso para verte, el no poder tocarte la mano ni una sola vez es otra de las tragedias de esta pandemia.
Predispuesto a hablar de la sanidad con total transparencia en los medios de comunicación locales, lo que le trajo algún disgusto con algunos de sus superiores, Eduardo Criado vivía con intensidad su amor por el Bierzo, y eso incluía la lucha y la reivindicación sanitaria para esta región durante quince años. Sus mensajes fueron siempre más éticos que estéticos. Ejerció su profesión con gran vocación, dignidad y altura de miras. En 2016, al ser cesado en la Gerencia de Atención Primaria de El Bierzo, se mostró feliz de haber cumplido el reto de humanizar el servicio y de mejorar la relación y coordinación entre las dos áreas de atención, la primaria y la especializada.
Se sintió siempre muy berciano, por nacimiento, espíritu, ilusión, tradición, y pertenencia. Socio de la Deportiva, recorrió los pueblos con la mochila a hombros. Enamorado de nuestra gastronomía, terminaba con su frase: “Ha estado todo muy bueno, lo frío muy frío y lo caliente muy caliente”.
Siempre dispuesto a ayudar a los demás, daba igual el sitio y la hora, su teléfono nunca paraba de sonar y tú siempre lo dejabas todo y respondías con tu mayor empatía, cariño, sencillez y dedicación a todo aquel que te necesitaba. Por supuesto la sonrisa marcaba todos los encuentros. Nos queda su recuerdo y su familia será el guardián de su vida ejemplar, pero también los tantos amigos que deja y que se sienten orgullos de haber disfrutado de su compañía y calidad humana, porque sólo se muere de verdad cuando nadie nos recuerda.
Me presentaba con orgullo “este es mi hermano Toño” y ahora yo voy a sentirme aún más orgulloso al percibir en cualquier parte el aprecio que te tenían. Todavía no nos habíamos recuperado de la muerte de nuestra madre Nines, presidenta entonces del Balcón del Bierzo, y ahora te vas. Es irreparable tu ausencia, eras mi padre, mi hermano, mi amigo. Nada será igual a partir de ahora. Te quiero, como decía Antonio Pereira “en la medida del arco de mis brazos” y “en ti se cumplen todos mis caminos”.

Eduardo Criado, con su madre, Nines, fallecida hace un año
Toño Criado es periodista