Hay logros que se expresan mejor con emociones que con palabras. El hito quedó marcado la pasada semanas en los titulares de los medios de comunicación. “Luis Domínguez Garachana (Club Blume Ponferrada), primer deportista con síndrome de Down de la provincia de León en obtener el cinturón negro de judo”, dijeron las crónicas. Así quedará para la estadística y para la historia del deporte berciano. Y Luis, con 30 años de edad y 17 en un tatami, ya entrena en el gimnasio ponferradino con este complemento que acredita su nivel. Es el marchamo oficial.

De izquierda a derecha, Alberto Yáñez, Luis Domínguez Garachana, Roberto Estébanez y Miguel Ángel Trejo, en las instalaciones del Club Judo Blume en Ponferrada
Luis Domínguez Garachana ya entrena con el cinturón negro 1º Dan de judo conseguido en fechas recientes. Y en su mochila guarda otro, grabado con su nombre y regalo de sus compañeros, sin valor oficial pero cargado de emociones
Pero en su mochila también carga con otro cinturón negro. Está grabado con su nombre y es un regalo de sus compañeros, el segundo de estas características que se entrega en el gimnasio del Club Judo Blume de Ponferrada, que acumula más de 50 años de trayectoria. El primero fue para su alma mater, Alberto Yáñez, para quien hace 17 años Luis era el hijo de Domingo, un antiguo compañero docente de Formación Profesional en Bembibre. Hoy Luis es mucho más. Y cuesta traducir en palabras el significado de su éxito. El mejor resumen es ese otro cinturón negro, sin valor oficial pero cargado de emociones.
Luis Domínguez Garachana empezó con compañeros de su edad como Andrés Lobato, hijo de Rafa, otro antiguo compañero de FP en Bembibre. Fue progresando mientras sus ‘quintos’ se marchaban a la universidad o en busca de trabajo. Y el domingo 5 de mayo se enfrentó en Villares de la Reina (Salamanca) a un examen para obtener el cinturón negro. ¿Se puso nervioso? “No. Todo lo contrario”, responde su compañero de prueba, Roberto Estébanez, que hizo el papel de ‘uke’, el término con el que en el judo se denomina al ‘sparring’. Todo salió redondo.
“Me gusta mucho el judo. Es un deporte muy sano. Y tienes que utilizar unas buenas técnicas”, dice Luis, que ha interiorizado el respeto y el autocontrol que son principios sagrados de una disciplina que se ha convertido también en una aliada a la hora de mejorar su coordinación física y socializar. El resultado es el cinturón negro que acaba de cosechar tras superar una prueba que llevaba preparando toda la temporada bajo un esquema prefijado, la única ‘ventaja’ con respecto al resto de compañeros, que se someten a una elección sobre varias alternativas. “Y no le afectó el entorno. Habría sido capaz de alterar la rutina”, explica el director del gimnasio, Miguel Ángel Trejo.
“Me gusta mucho el judo. Es un deporte muy sano. Y tienes que utilizar unas buenas técnicas”, dice Luis, que ha interiorizado el respeto y el autocontrol sagrados en una disciplina que se ha convertido también en una aliada a la hora de mejorar su coordinación física y socializar
El cinturón negro 1º Dan colma las aspiraciones en una categoría en la que escasean las competiciones por falta de inscripciones. “Y a él le gusta luchar. Le habría gustado competir”, señala Alberto Yáñez, que acredita que el nivel alcanzado en su día le habría permitido ser campeón de España. Luis, que pasa las mañanas en el taller de estampación de Asprona Bierzo, practica también por las tardes otras disciplinas como el tenis, la natación o el tiro con arco. Apasionado de la caza e incondicional del Club Judo Blume, se ha convertido en el primer deportista con síndrome de Down en la provincia (y el segundo de Castilla y León) en lograr esta distinción, un éxito al que los ocho miembros del jurado reaccionaron saltándose el protocolo y yendo a saludar efusivamente al berciano.
Luis Domínguez Garachana se valió de sus méritos deportivos para obtener el cinturón negro oficial. Y se ganó el otro cinturón negro con los afectos, los mismos que nos demuestra al despedirnos con un abrazo. Y es que hay logros que se expresan mejor con emociones que con palabras.
Su logro colma las aspiraciones en una categoría en la que escasean las competiciones por falta de inscripciones. “Y a él le gusta luchar. Le habría gustado competir”, señala Alberto Yáñez, que acredita que el nivel alcanzado en su día le habría permitido ser campeón de España

Luis Domínguez Garachana, con el cinturón negro obtenido en Villares de la Reina