José Antonio González estudió durante cinco años para cura en Astorga. Fue a su regreso a Ponferrada cuando halló su ‘vocación’. Extremo derecha del primer equipo que vistió los colores del Santa Marta, se puso al frente del club cuando la directiva que lo fundó dimitió y se mantiene en el cargo más de sesenta años después. Santiago Bernabéu todavía era presidente del Real Madrid cuando el juvenil blanco quedó emparejado con el equipo berciano, uno de los hitos de una historia que puede contar en primera persona este delineante de profesión que encontró su pasión en el deporte base sin esconder cierta pesadumbre al vaticinar el futuro: “Ahora a los niños no les gusta tanto el fútbol”.

Primero a la izquierda agachado, José Antonio González forma como jugador en el primer equipo del Santa Marta, en 1959
González formó como extremo derecha en el equipo fundacional del Santa Marta en 1959. Casi sin solución de continuidad dimitió la directiva y asumió la presidencia: “No sé por qué me lo pidieron a mí”
“A mí me gusta mucho el fútbol… Pero de juvenil para abajo”, sentencia y matiza este berciano de figura menuda nacido en El Espino (Vega de Espinareda). La familia se movía al compás de los destinos laborales de su padre, vigilante de minas de profesión. Y así su infancia pasó entre cuencas mineras con otros destinos como Fabero o Bembibre. Fue a los 10 años de edad cuando se instaló en Ponferrada. Durante cinco cursos estudió en el Seminario de Astorga. Y al regresar a la capital del Bierzo quiso dar carrete a su afición por el fútbol enrolándose en 1959 en el recién nacido Santa Marta sin sospechar que un par de años de años después asumiría el cargo de presidente. “Me lo pidió el barrio. No sé por qué me lo pidieron a mí”, admite. Por entonces, a principios de los años sesenta, el fútbol base de la zona se resumía en cuatro equipos: Ponferradina, Fuentesnuevas, OJE y Santa Marta.
Sin instalaciones propias, el Santa Marta comenzó un período itinerante en el que, como el caracol, ha llevado la casa a cuestas. Así pasó primero por un campo habilitado frente a la actual sede berciana de la Diputación de León hasta que se urbanizó el Polígono de las Huertas del Sacramento y, tras un paréntesis en los actuales campos Ramón Martínez, ocupó una parcela por encima de las piscinas municipales del Plantío hasta que llegó la Universidad de León para montar el Campus del Bierzo. Tan nervioso se puso que llegó a marcharse a Palma de Mallorca hasta que el resto de directivos (su mujer entre ellos) se plantó delante de las máquinas y logró arrancar el compromiso de utilizar sus actuales instalaciones.
Los medios eran tan precarios al comienzo que José Antonio González explica como una cuestión de economía familiar la elección del color blanco: “Pensé que, en caso de apuro y quedarnos sin camisetas, podríamos utilizar la blanca interior que por entonces todos llevaban”. El caso es que el primer gran equipo del club acabó disputando en el año 1969 una eliminatoria contra el Real Madrid juvenil en el que jugaba Vicente del Bosque. El Madrid puso a los bercianos médico y masajista en la ida disputada en el Bernabéu justo a continuación del partido de los mayores. “Y Paco Varela decía que se había rozado con Gento”, recuerda. Con lleno en Santa Marta en el encuentro de vuelta, el club ponferradino recaudó 60.000 pesetas de taquilla.
La elección del blanco como color del club no fue casual: “Pensé que, en caso de apuro y quedarnos sin camisetas, podríamos utilizar la blanca interior que por entonces todos llevaban”

José Antonio González, entrevistado por el mítico cronista deportivo Vallalfons

José Antonio González (arriba a la derecha), posando con un equipo del Santa Marta en el año 1970

José Antonio González, con un equipo femenino de fútbol del Santa Marta
El rédito de aquel emparejamiento fue más allá del económico. Los dos clubes entablaron una relación de colaboración. Jugadores bercianos como Marcos Tyrone o Pepe Eulate probaron por el Real Madrid. Y por encargo del responsable de la cantera madridista, Miguel Malbo, de ojeador en la zona hacía el propio José Antonio González, que conformaba sus equipos a veces camelándose a los padres o a los propios chavales. “Yo era un ansias y quería tener a los mejores”, asume el directivo, que incluso ahorraba dinero del que aportaba la Federación para los desplazamientos. Cuando un grupo de chicas mostraron interés, formó un equipo femenino que luego derivaría en un conjunto de baloncesto, sección en la que militarían en el masculino Suso Pascual y Manolito Aller.
“Antes el padre no se metía en nada, ni venía. Y hoy quiere tener un Messi”, compara antes de presumir de conocer a sus chavales: “Y todos vienen a mí a quejarse. Soy algo así como su confesor”
Mucho han cambiado las cosas desde entonces. “Antes el padre no se metía en nada, ni venía. Y hoy quiere tener un Messi”, compara. “El niño adquiría la técnica jugando en la calle; y ahora les gusta menos el fútbol”, añade al considerarlos más pendientes de las redes sociales. “Y hoy el entrenador es más educador que otra cosa”, completa para presagiar un mal futuro también al sostener que la Ponferradina acapara buena parte del mercado de base. José Antonio González, que admite asignaturas pendientes como la de crear una especie de ciudad deportiva donde cada tarde los niños entrenen, merienden y estudien con la ayuda de alumnos universitarios, presume de conocer a sus chavales. “Y todos vienen a mí a quejarse. Soy algo así como un confesor”, dice, como cerrando un círculo, quien estudió de niño para cura y luego se ‘consagró’ como presidente de un club de fútbol.

Infantil del Santa Marta campeón provincial en la temporada 1966-1967

José Antonio González (izquierda) junto al entrenador del Real Madrid juvenil y al presidente de la Peña Madridista del Bierzo, en la eliminatoria de 1969

Alineación del Santa Marta que jugó contra el Real Madrid juvenil en el Santiago Bernabéu

Santa Marta-Real Madrid juvenil, este último con Vicente del Bosque (segundo por la izquierda arriba)

José Antonio González, con un equipo femenino de baloncesto

José Antonio González, en las oficinas del Santa Marta en Ponferrada