Estaba haciendo la mili cuando se metió en una ‘guerra’. José Enrique Carrera vivía “cabreado” por no poder competir mientras cumplía con la patria en el Ferral del Bernesga en 1985. Lo liberaron nada más para ir a Francia. Ansioso por demostrar sus habilidades, saltó del pelotón. Por detrás lo alcanzó Bernard Hinault, que incluso quiso esperarlo cuando no daba más de sí. Fue descolgándose hasta topar con Greg LeMond, que lo convenció para retirarse. El berciano hizo el mismo día kilómetros al lado del francés y del estadounidense que, siendo compañeros de equipo, iban a protagonizar una rivalidad de leyenda. “Estar al lado de gente que lo ha sido todo” es uno de los bagajes de la carrera deportiva de quien compartió escuadra con Perico Delgado y Miguel Indurain.

Enrique Carrera, con los colores del Manchón de Palencia, victorioso en una carrera en Valladolid
Fue un día con 15 años de edad y una bici de paseo a correr a Papalaguinda y quedó entre los diez primeros. “En competición me transformaba. Rendía el doble o el triple”, cuenta
Hijo de bercianos, Carrera nació en Ponferrada. Pero se crio ya en León. Se radicó primero en el barrio del Paraíso Cantinas, en Trobajo del Camino (San Andrés del Rabanedo). Con 15 años, animado por un amigo, fue un día a competir a Papalaguinda con una bicicleta de paseo y entró entre los diez primeros. Haciendo escalas en el Bosch-Junkers, el Club Ciclista Roblano, el Automóviles JJ Alfa Romeo o el Manchón de Palencia durante sus años de formación, llegó ya como aficionado al Clas asturiano dirigido por José Manuel Fuente ‘el Tarangu’ y Enrique Cima. “En competición me transformaba. Rendía el doble o el triple”, cuenta para recordarse tratando “de tú a tú” a los ciclistas del Orbea y del Reynolds, equipo para el que un día de 1984 en Montjuic lo fichó Eusebio Unzué.
Había llegado en el momento adecuado. La televisión y la radio se volcaron a mediados de los ochenta con el ciclismo, que dio un salto en repercusión mediática. Militaba todavía como amateur cuando ya en 1985 corría a veces junto a profesionales. Todo marchaba sobre ruedas hasta que la mili se cruzó por el medio. Volvió de la Vuelta a Guatemala sin saber que su siguiente destino era el Ferral, donde permaneció nueve meses sin tocar la bicicleta salvo aquella competición en Francia con los ganadores del Tour de Francia de 1985 y 1986, respectivamente. Carrera se integró en el engranaje de un equipo que “confiaba en todos y no le negaba oportunidades a nadie” y que iba a tener en sus filas a los ganadores del Tour de 1988 y de los comprendidos entre 1991 y 1995.
Perico Delgado era “muy inteligente” y marcaba diferencias en la montaña. Miguel Indurain lo hacía en la contrarreloj individual. Enrique Carrera ya había ganado la segunda etapa del mismo Tour del Porvenir (entonces denominado oficialmente Tour de la Comunidad Económica Europea) que se llevó Indurain en 1986 cuando aspiraba a ayudar a Delgado a vestirse de amarillo en el Tour de Francia de 1988. Bajando un puerto en Cantabria, se rompió el manillar de su bicicleta, varias costillas y el diafragma y su futuro como ciclista. “Ahí se acabó mi carrera como deportista de élite”, asume. Ya nada fue igual, aunque todavía estiró su trayectoria para cerrar su etapa con el equipo navarro ya convertido en Banesto en 1990 y retirarse en 1991 en el Wigarma tras participar, por ejemplo, en tres Vueltas a España.
Enrique Carrera fichó por el Clas dirigido por José Manuel Fuente ‘el Tarangu’ y luego por el Reynolds, un equipo que “confiaba en todos y no le negaba oportunidades a nadie”

Enrique Carrera, con los colores del Club Ciclista Roblano, recogiendo un trofeo

Enrique Carrera, en una prueba en categorías inferiores

Con el Automóviles JJ Alfa Romeo, en la Plaza de San Marcos de León
El berciano, un ciclista todoterreno que daba lo mejor de sí en competición hasta “estar en la pomada” y sumar muchos podios, se retiró con apenas 25 años de edad con la asignatura pendiente de saber hasta dónde habría podido poner su meta deportiva. “No llegué nunca a aprender el oficio. Me resultaba muy difícil ir atrás en el pelotón”, admite. El caso es que, sin solución de continuidad, se formó como entrenador para ya en 1991 llevar las escuelas de León, convertirse en seleccionador de Castilla y León en 1992 y ejercer como seleccionador español de los combinados femeninos y los inferiores masculinos hasta hacer historia en 1994: un cuarto puesto en la contrarreloj por equipos para ellas en el Mundial de Agrigento y un oro y un bronce para los júnior en el Mundial de Quito, la primera vez en la historia en la que un español (Miguel Morrás) se vistió el jersey arcoíris. Como director sí logró aprender el oficio: “Lo mamé desde niño. Y luego me hice a mí mismo. Leí mucha bibliografía y apliqué la filosofía a los chicos”.
El berciano, que se retiró con apenas 25 años de edad, compartió colores en el Reynolds con Perico Delgado y Miguel Indurain: ” “No te quitaban a ti para ganar ellos. Miguel ayudaba a otros”
Por el ciclismo había renunciado a su aspiración de integrarse en la Escuela de Suboficiales del Ejército. Tras su carrera deportiva, se integró en 1991 en el Área de Deportes del Ayuntamiento de León. El berciano aprendió lecciones de los más grandes en el Reynolds: “No te quitaban a ti para ganar ellos. Miguel ayudaba a otros”. Y pese a reconocer que “la vida real es distinta a la de un equipo”, Enrique Carrera aplica al día a día máximas del deporte desde aquella filosofía de Luis Aragonés de “ganar, ganar y volver a ganar” hasta tener claro lo que hacer cuando se subía un puerto de montaña y luego tocaba bajarlo: “Hay que saber ganar y también hay que saber frenar. Y eso vale para la vida”, dice uno que corrió junto a los más grandes.

Recorte de prensa de una victoria de Enrique Carrera en Papalaguinda, en León

Enrique Carrera, victorioso con el Clas en una etapa de la Semana Asturiana

Enrique Carrera, con el maillot del Clas en el Naranco

Enrique Carrera, con el Reynolds

Enrique Carrera (en centro, a su derecha Miguel Indurain), con el Reynolds

Enrique Carrera (primero por la derecha, con Miguel Indurain vestido de amarillo), en el Tour de la Comunidad Económica Europea de 1986

Enrique Carrera, con los colores del Reynolds en una Vuelta a Asturias

Enrique Carrera, con el Reynolds

Enrique Carrera (en primer término), en una escapada en un día de lluvia con el Reynolds

Enrique Carrera, con los colores del Reynolds

Enrique Carrera (Reynolds) y Laudelino Cubino (BH), en un plató de TVE tras una etapa

Enrique Carrera (Reynolds), junto a Sean Kelly (maillot verde), Laudelino Cubino (maillot amarillo) y Fabio Parra (Kelme), en una Vuelta a España

Enrique Carrera, con el Reynolds

Enrique Carrera (Reynolds), a la cola de un grupo liderado por Anselmo Fuerte (Zor-BH)

Enrique Carrera, con el Reynolds

Enrique Carrera (izquierda), junto a Perico Delgado

Enrique Carrera (cuarto por la derecha arriba), con compañeros y directores del Reynolds

Enrique Carrera, con los colores del Banesto

Enrique Carrera, junto a dos ciclistas holandesas en Japón

Enrique Carrera (izquierda), junto a Joane Somarriba

Enrique Carrera (en el centro), seleccionador español femenino

Enrique Carrera, con las medallas de oro y bronce logrados en el Mundial de Quito de 1994

Enrique Carrera, a pie de podio en el Mundial de Quito 1994, junto a sus pupilos Miguel Morrás y Eladio Jiménez. oro y bronce en categoría sub-18, respectivamente

Enrique Carrera, en una imagen actual en la Avenida Ordoño II de León