Cuando el deporte era en España una cosa de pioneros, Ponferrada y la comarca del Bierzo tuvieron el suyo en el mundo del motor. Eloy Hoyos Rueda puso en verde el semáforo al organizar en 1972 la primera prueba automovilística de la historia berciana, el I Slalom de la Pascua de Cacabelos, al que siguieron otros hitos como la Subida a Riego de Ambrós o el Gran Premio de Karting de la Encina en Ponferrada, que llegó a reunir a más de 4.000 espectadores, cifra hoy impensable para cualquier evento deportivo por unas fiestas patronales al margen del fútbol. Por el medio, de casualidad y sin ninguna experiencia previa, acabó liderando un equipo de fútbol sala que ascendió a la élite nacional sin perder la esencia de un “grupo humano” que comenzó a entrenar en los patios de los colegios.

Eloy Hoyos Rueda, en un circuito urbano en A Coruña (izquierda) y en el circuito del Jarama de Madrid (derecha)

Eloy Hoyos Rueda, en un circuito urbano en A Coruña (izquierda) y en el circuito del Jarama de Madrid (derecha)

Eloy Hoyos Rueda organizó con José Luis Prada a Tope la primera prueba automovilística de la historia del Bierzo. Fue en 1972 el Slalom de la Pascua de Cacabelos. Ahí empezó todo

“Cuando me involucro en algo, lo hago con todas las de la ley”, dice como declaración de principios quien ya había corrido con coches y motos durante una juventud itinerante hasta que se asentó en Ponferrada y fundó en 1971 la Autoescuela Rueda. Para dar un “atractivo” añadido a su negocio, ideó el Slalom de la Pascua de Cacabelos, que acabó estrenando el calendario automovilístico berciano por ser la primera fiesta de referencia del año y abrió el camino para las fiestas patronales de otras localidades. A su ingenio se sumó el entusiasmo de José Luis Prada a Tope para lanzar una prueba pionera que despertó una nueva afición a la que se dio forma con la creación del Moto Club Bierzo y de la Escudería Rueda muchas veces a fuerza de adaptarse a las circunstancias. Y así fue como el Trofeo de Velocidad de Motociclismo por la Encina en Ponferrada se acabó transformando por falta de presupuesto al segundo año en un Motocross aprovechando que todavía estaba sin urbanizar el Polígono de las Huertas del Sacramento. “Y era mucho más barato”, zanja.

“Los primeros tiempos fueron difíciles. Había mucho desconocimiento”, cuenta Hoyos Rueda al recordar su peregrinaje por los talleres de la zona para arrancar patrocinios que al principio llegaban con cuentagotas. Como los motores ya habían comenzado a rugir y había que seguir pisando el acelerador, en 1977 se estrenó la Subida a Riego. “No encontré ninguna carretera más adecuada por entonces que aquello”, explica sin obviar que fue precisamente la celebración de la prueba la que forzó a asfaltar el vial y dotarlo de guardarraíles tras tener que reclutar al principio a chavales con banderas para advertir del peligro en algunas curvas. “La afición fue creciendo y al segundo año ya había allí más de 4.000 personas a lo largo de todo el recorrido”, añade con el orgullo añadido de que de aquella carrera “salieron algunos de los que luego fueron grandes pilotos del Bierzo”.

El relato, propio de los pioneros, cobra fuerza en los años siguientes con la acumulación de pruebas en un calendario que había estrenado en 1973 la competición de karts en las pistas de la propia Autoescuela Rueda. La carrera se hizo un hueco en el casco urbano de Ponferrada por sus fiestas patronales desde 1980, al principio por el barrio de los Judíos para vivir luego sus años de esplendor en las Huertas del Sacramento ya urbanizadas con hasta 4.000 espectadores y monoplazas a velocidades de vértigo. “El acceso de la gente a ver la competición era más fácil”, destaca. Con el traslado a la zona de la Comisaría de la Policía Nacional, hubo que cambiar el circuito hasta su última versión por el entorno del Museo del Ferrocarril con otro orgullo: el de sumar 23 años consecutivos de carreras puntuables para el Campeonato de Castilla y León.

“La afición fue creciendo y al segundo año ya había allí más de 4.000 personas a lo largo de todo el recorrido”, dice sobre otro de sus hitos, la Subida a Riego de Ambrós, que celebró su primera edición en 1977

Eloy Hoyos Rueda, en dos competiciones automovilísticas

Eloy Hoyos Rueda, en dos competiciones automovilísticas

Prueba de motociclismo de velocidad

Prueba de motociclismo de velocidad

Subida a Riego de Ambrós

Subida a Riego de Ambrós

El mérito se redobla al compaginar los años de ebullición del deporte del motor con el lanzamiento de un equipo de fútbol sala que fue escalando categorías hasta llegar en 1986 a la División de Honor y competir contra los mejores del país sin más músculo financiero que el de la propia autoescuela hasta que llegó el empujón de Recambios Fino. Eloy Hoyos Rueda, que no sabía nada de este deporte, se acabó sacando el carné de entrenador siguiendo aquella máxima de “implicarse con todas las de la ley” y ejercer tanto de presidente como de chófer de aquel conjunto que viajaba a lugares tan lejanos como Burriana (Castellón) en dos R5 de la autoescuela. “Había que estar locos para hacer aquello. Pero no protestaba nadie. Mereció la pena el sacrificio por un grupo humano que no escatimó ningún esfuerzo”, subraya.

Sin ninguna experiencia previa, acabó liderando un equipo de fútbol sala que ascendió en 1986 a la División de Honor sin respaldo económico institucional. Los desplazamientos eran en dos R5 de la autoescuela

Con muchos años de experiencia, Eloy Hoyos Rueda echa la vista atrás y compara. “Todo se ha profesionalizado demasiado; hoy nadie hace nada por altruismo”, contrasta sobre aquellas experiencias que dejaban la satisfacción personal y ningún rédito financiero. El lamento se extiende al de la realidad de una ciudad y una comarca en la que faltó “continuidad” en las apuestas. “Y la primera responsabilidad es la de las instituciones. No hubo la colaboración que debería haber para mantener el deporte. Ahora hay mucha más”, cuenta con la experiencia de las carreras que hubo que suspender por falta de presupuestos municipales o aquella aventura en la élite de fútbol sala sin respaldo institucional ni ayudas económicas cuando incluso ya se había hecho cantera. Y la suya es palabra de pionero.

Subida a Riego de Ambrós

Subida a Riego de Ambrós

Eloy Hoyos Rueda, en el I Slalom de la Pascua de Cacabelos en 1972

Eloy Hoyos Rueda, en el I Slalom de la Pascua de Cacabelos en 1972

Rueda Ponferrada, en 1982

Eloy Hoyos Rueda (arriba a la derecha), con el Rueda Ponferrada en una imagen de 1982. Con dos R5 se desplazaron a lugares como Santander, Córdoba o Málaga

Gran Premio de Karting de la Encina, en el Polígono de las Huertas de Ponferrada. Fue en 1991 puntuable para el Campeonato de España

Gran Premio de Karting de la Encina, en el Polígono de las Huertas de Ponferrada. Fue en 1991 puntuable para el Campeonato de España