Mencía Franco, Laura González y Macarena Miranda pasaron por varias disciplinas deportivas (incluso hicieron baile o flamenco) antes de acercarse al voleibol. No era su primera opción, pero ahora parece la definitiva. “Fui a probar y me encajó: para mí es el deporte perfecto”, señala la primera. “Yo empecé por mis amigas”, cuenta la segunda. “Me enseñaron a jugar en el comedor. Y no me aburro. Estoy deseando que llegue el martes para entrenar”, añade la tercera. “Y aunque pierdas, te queda el gusanillo”, apostilla con una sonrisa ‘Maca’, la menor de un trío que viene a ser la representación de la pujanza de un deporte de base que se escribe en femenino en la comarca del Bierzo bajo la disciplina del Club Voleibol Ponferrada.

Equipo cadete del Club Voleibol Ponferrada
El patio del Colegio La Asunción de Ponferrada fue la ‘cuna’ de un deporte que pierde en la comparación con el fútbol y el baloncesto en el caso de los chicos, pero que se ha ganado un lugar en la preferencia de las chicas
El voleibol tampoco era la primera opción de Alba Blanco, que empezó jugando al baloncesto hasta que fue a cubrir un hueco. “Se necesitaban chicas para el vóley”, recuerda. Ella vivió los primeros años, todavía con medios en precario (a veces con una cinta en lugar de la red) en el patio del Colegio La Asunción de Ponferrada, la ‘cuna’ de un deporte que ya ha alcanzado la mayoría de edad con notables resultados. Alba Blanco también viene a ser la representante de una época en la que el 90% de las fichas procedían de la Asunción. Luego entrenó a la Inmaculada y, a su regreso de la universidad, ejerció como colegiada antes de consolidarse ahora como entrenadora ya con varias temporadas a sus espaldas.
Si el patio del Colegio La Asunción fue la ‘cuna’, su profesor y entrenador Fran Carrera es el ‘padre’. Tras completar sus estudios universitarios en León, regresó a su tierra dispuesto a aplicar lo aprendido. Carrera vivió todas fases de evolución de un deporte que pierde en la comparación con el fútbol y el baloncesto en el caso de los chicos, pero que se ha ganado un lugar en la preferencia de las chicas. Ha logrado diversificar las fichas de modo que ahora ya la mitad de las participantes son alumnas de otros centros educativos. Y ha superado ya los 25 años de andadura hasta lograr que Ponferrada se meta recurrentemente en puestos de privilegio y varias de sus integrantes sean unas habituales de la selección autonómica. “Me encanta entrenar y la competición. Soy feliz entrenando. Y quiero que los equipos sean al menos competitivos”, resume.
Las palabras de Fran Carrera se convierten en realidad al final de una temporada en la que tanto las cadetes como las infantiles han sido cuartas en la Copa de Castilla y León, amén de cosechar grandes resultados en otras citas como el Trofeo Liceo La Paz de A Coruña. Mencía (cadete de segundo año y alumna del San José Obrero) y Maca (infantil de segundo año y alumna de la Asunción) fueron llamadas para participar en sus respectivas categorías en el Campeonato de España de Selecciones Autonómicas. “Lo tomamos con mucha ilusión. Fue una experiencia inolvidable. Aprendes un montón”, valora la primera, mientras la segunda describe la sensación de jugar al lado de quienes durante la temporada están al otro lado de la red. Fue el colofón a una temporada en la que también salieron bien paradas de su incursión en el vóley-playa.
“Me encanta entrenar y la competición. Soy feliz entrenando. Y quiero que los equipos sean al menos competitivos”, proclama Fran Carrera, que ya supera los 25 años de andadura como entrenador

Equipo infantil del Club Voleibol Ponferrada

Fran Carrera, entrenador y alma mater del Club Voleibol Ponferrada

De izquierda a derecha, Laura González, Mencía Franco, Fran Carrera, Alba Blanco y Macarena Miranda
Mencía, Maca y Laura (cadete de primer año y alumna de la Inmaculada) ya no vivieron los tiempos de las precariedades y entrenan en el Pabellón José Arroyo de Flores del Sil en un régimen de tres sesiones fijas de preparación y un partido el fin de semana, a veces con desplazamientos tan lejanos como Soria que ellas se toman más como una aventura que como un hándicap. La parte técnica no presenta tantas complicaciones como la táctica en un deporte no tan familiarizado con las retransmisiones televisivas. “Las rotaciones es lo más difícil de entender”, admite Mencía. Y es que muchas veces el mayor obstáculo lo ponen intangibles que condicionan el juego. “Lo peor son los nervios”, reconoce Maca otra vez con una sonrisa.
La parte técnica no presenta tantas complicaciones como la táctica. “Las rotaciones es lo más difícil de entender”, admite una de las jugadoras de un club que suspira por sacar a la cancha un equipo juvenil federado
No deja de tener su lógica que un deporte que en Ponferrada nació en el patio de un colegio haya dejado una asignatura pendiente. Y es que el club berciano, que brilla hasta la categoría cadete, no ha sido todavía capaz de formar un equipo juvenil federado, un sueño por el que suspiran entrenadores y jugadoras, asume Laura ahora que su compañera Mencía ya tiene que dar el salto de categoría. “Yo estoy convencido que el año en el que salga un juvenil federado lograremos que se mantenga en el tiempo”, presagia Fran Carrera, acostumbrado en este tiempo a que más de una vez sus palabras se conviertan en realidad.

El Club Voleibol Ponferrada en el XL Trofeo Liceo La Paz de A Coruña

El Club Voleibol Ponferrada en el XL Trofeo Liceo La Paz de A Coruña

El Club Voleibol Ponferrada en el XL Trofeo Liceo La Paz de A Coruña

El Club Voleibol Ponferrada en el XL Trofeo Liceo La Paz de A Coruña

Delegación del Club Voleibol Ponferrada en el Campeonato de España de Selecciones Autonómicas

De izquierda a derecha, Alba Blanco, Macarena Miranda, Laura González, Mencía Franco y Fran Carrera

Equipos cadete e infantil del Club Voleibol Ponferrada