Domingo por la mañana. Hay ruido de motores a un lado de la explanada del Recinto Ferial de Ponferrada. Es la banda sonora habitual de este espacio en este día desde que la Escuela Municipal de Trial lo adoptara como centro de operaciones. Sebas Prieto ‘el Gurú’ está al frente de 25 integrantes de distintas edades que hacen ejercicios de habilidad con sus motos como aliadas. Allí se juntan durante un par de horas niños, padres y hasta abuelos en un ambiente familiar que no es ni mucho menos incompatible con el espíritu competitivo. La relación de podios cada vez que hay un trofeo por el medio así lo acredita.

Escuela Municipal de Trial de Ponferrada

La Escuela agrupa a una docena de chavales. De ellos, subraya Sebas Prieto ‘el Gurú’, cuatro son chicas. “Cuando vino la primera, fue un gustazo. Y ahora ya son tres más”, destaca

Será el sábado 29 de junio por la tarde. A las 17.00 horas la explanada del Recinto Ferial acogerá una prueba del Trofeo de Castilla y León infantil, una nueva cita del calendario tras las disputadas ya en León y Benavente (Zamora). Tratándose de un deporte minoritario, hace falta ‘llevar la montaña a Mahoma’. “El trial lo tienes que llevar a la gente. No es tan fácil que te vengan a ver. Si hiciéramos un trial a la antigua usanza, con cada zona a tres o cuatro kilómetros de distancia, sería más difícil”, sostiene Sebas Prieto, que se refugió en esta disciplina cuando, de joven, en casa veían con recelo las pruebas de velocidad. Y ha acabado siendo una pasión que lleva años compartiendo con varias generaciones de bercianos.

La disputa de este tipo de competiciones a tiro de piedra del centro de Ponferrada también sirve para hacer cantera. “Hay que ver las cosas para saber si te gustan”, dice Prieto con el ejemplo de varios alumnos que se animaron de esta forma a probar fortuna en esta disciplina. La Escuela agrupa a una docena de chavales. De ellos, subraya ‘el Gurú’, cuatro son chicas. “Cuando vino la primera, fue un gustazo. Y ahora ya son tres más”, señala para destacar la importancia del trabajo desde la base sin necesidad de pensar a cada momento en formar campeones. “Para mí”, acredita, “hacer que ande el que no anda me hace sentirme bien”.

Los entrenamientos tienen lugar en las proximidades del Recinto Ferial de Ponferrada

Como la formación no quita la competición, Ponferrada tiene recurrentemente un espacio en el podio de trofeos como el de categoría infantil que albergará en la tarde del sábado 29 de junio

La Escuela tiene alumnos desde los seis años de edad. Lo primero es aprender a conducir la moto hasta pasar a la siguiente tarea: realizar giros con unos conos dispuestos en fila sobre la tierra. “Normalmente los chavales son hasta demasiado valientes”, apunta sobre el momento en el que empezarán a enfrentarse a los obstáculos que determinarán su progresión en la disciplina, seguida de cerca por sus padres (algunos incluso se han animado a subirse a la moto) y hasta abuelos y abuelas como espectadores. Y así la familia se reúne cada domingo en torno al trial.

Como la formación no quita la competición, Ponferrada tiene recurrentemente un espacio en el podio de trofeos como el que albergará en la tarde del sábado 29 de junio. La siguiente cita será el Campeonato de Castilla y León de la máxima categoría el 14 de julio en San Pedro de Trones (Puente de Domingo Flórez). Y, como es tradición, las motos de trial volverán a rugir en la capital del Bierzo durante las Fiestas de la Encina. Se trata de un esfuerzo titánico que se asume con lo puesto, por lo que la Escuela reclama sensibilidad al Ayuntamiento de Ponferrada. “Pedimos un pequeño esfuerzo para una Escuela que consigue hacer podio en las competiciones. Será que algo estamos haciendo bien”, indica su responsable.

La Escuela tiene carácter oficial desde el año 2004. Cosechó ya en su primer año de andadura un Campeonato de Castilla y León, quizá la premonición de que Ponferrada iba a sonar en el panorama autonómico de un deporte que escribe desde hace años sus campeones del mundo en español. No por ello el trial se desprende de un carácter minoritario que refuerza los lazos cada vez que, cada domingo por la mañana, un puñado de apasionados por el motor ponen sus motos a rugir en Ponferrada. “Yo quiero que la gente se divierta y se supere”, resume como principal mandamiento Sebas Prieto.

La Escuela reclama sensibilidad al Ayuntamiento de Ponferrada: “Pedimos un pequeño esfuerzo para una Escuela que consigue hacer podio en las competiciones. Será que algo estamos haciendo bien”