Héctor Yebra lleva desde los 8 años acelerando motos de distintos tamaños. Haber nacido en El Bierzo, alejado de los grandes circuitos del país y sumido todavía en una grave crisis económica, podría, sin embargo, frenar su progresión. Ahora que con 14 años este berciano nacido en Bembibre ya monta una máquina de 250 centímetros cúbicos, cuatro tiempos y 40 cv, compartir país con las grandes estrellas del motociclismo mundial podría ser otro bache en el camino para acceder a las categorías que suponen la rampa de lanzamiento hacia el profesionalismo.

Héctor Yebra, acompañado por su padre, José Antonio Yebra (agachado a la izquierda) y su tío Bernardo Yebra

El berciano ahora ya es un habitual del podio. Pero la caída sufrida tras ser arrollado el pasado fin de semana le ha hecho caer hasta el quinto puesto en la general en el ecuador de la competición

Creció rodeado de motos, la gran afición de su padre, José Antonio Yebra. Se subió a una minimoto con 8 años. Y, desde entonces, ha ido subiendo escalones a lomos de máquinas que lucen en su carenado el número 53, un guiño a su fecha de nacimiento: la primera cifra por el año (2005) y la segunda por el mes (marzo, el tercero en el calendario). Dio el primer gran salto en 2017, un año de adaptación al pasar de circuitos de karting de apenas un kilómetro a los grandes de 5 kilómetros de longitud. Y se enroló ya al año siguiente en el Campeonato de España de Velocidad, donde compite en la categoría PreMoto3.

Yebra no llegó la temporada pasada a subirse el podio, pero se asentó como un habitual entre los diez primeros de una parrilla formada por alrededor de 25 pilotos, la mitad de ellos extranjeros. Y en esta campaña 2019 repite experiencia sobre una moto de 250 cc para cumplir un calendario de siete carreras (los cuatro mundialistas -Jérez en dos ocasiones-, además de Motorland y Albacete). El berciano ahora ya es un habitual del podio. Pero la caída sufrida tras ser arrollado el pasado fin de semana por otro piloto en el Circuito Ricardo Tormo de Valencia le dejó a cero puntos en esta cita para caer hasta el quinto puesto en la general en el ecuador de la competición.

“Ser regular es importante”, dice su padre, convertido en entrenador, mecánico y manager de la escudería propia HY Competición (www.hectoryebra53.com), antes de ponderar los avances de su hijo en la pista, donde está encontrando el equilibrio en su forma de pilotaje. “Lo que hay que conseguir es poder ser agresivos dentro de un control y de un orden”, señala el propio Héctor sin dejar de asumir algún otro hándicap como su propia corpulencia: mide 1,66 metros de altura y suma junto a la moto un peso de 148 kilogramos, 8 más de lo ideal para resultar más competitivo.

Yebra lleva el número 53 como guiño a su fecha de nacimiento: la primera cifra por el año (2005) y la segunda por el mes (marzo, el tercero)

 Yebra es la excepción que confirma la regla en una parrilla compuesta por pilotos de otras latitudes. Con el circuito más cercano a horas de distancia, entrena con una supermotard en el Karting de Cabañas Raras

Con todo, los principales lastres en la prometedora carrera de este joven berciano no son los estrictamente deportivos. Héctor Yebra es la excepción que confirma la regla en una parrilla compuesta por pilotos de otras latitudes. Con el circuito más cercano a varias horas de distancia, entrena con una supermotard en el Karting de Cabañas Raras, al tiempo que se prepara en el gimnasio y saliendo a correr y en bicicleta para adaptarse a condiciones como las que se le presentaron el pasado fin de semana en Valencia, donde tuvo que lidiar con temperaturas por encima de los 39 grados centígrados en el ambiente y de 65 en el asfalto.

El Bierzo no sólo está lejos de los grandes circuitos del país, sino de fuentes de financiación que resultan imprescindibles dado el incremento exponencial de los costes a cada salto de categoría. Los patrocinios caen con cuentagotas en una comarca y una provincia remisas a implicarse en la carrera de un deportista individual en una especialidad con poca tradición en la zona. Así las cosas, el HY Competición acaba por ajustar los costes hasta el punto de montar un motor menos competitivo, lo que obliga al piloto a hacer esfuerzos extra por situarse en las mejores posiciones.

La llegada de nuevos patrocinios es capital ahora que para que para el próximo año la evolución pasa por otro salto de categoría. El abanico se abre en tres partes. Las dos primeras opciones, la European Talent Cup y la Moto3 Junior, requieren de un importante desembolso económico. Más asequible resultaría la tercera opción, la Red Bull MotoGP Rookies Cup, una competición paralela al Campeonato del Mundo que limita los costes a los desplazamientos. Sin embargo, el acceso depende de una selección previa en la que los pilotos españoles parten en desventaja por la voluntad de equilibrar los resultados en un deporte en el que es muy habitual que suene el himno nacional tras cada carrera. Así que Héctor Yebra deberá seguir buscando el buen rebufo para mantenerse en la brecha.

Los patrocinios caen con cuentagotas en una comarca y una provincia remisas a implicarse en la carrera de un deportista individual en una especialidad con poca tradición en la zona

Héctor Yebra (derecha) ya es un habitual del podio en PreMoto3

El joven piloto berciano entrena con una supermotard en el Karting de Cabañas Raras