La transición de los patios de instituto a los pabellones de élite fue tan fulgurante como un contraataque. Duró menos de un año. El berciano Tony Iglesias llegó de improviso a acompañar a Gustavo Aranzana en el banquillo de Elosúa León en el verano de 1989. En la primavera de 1990 (acaban de cumplirse 30 años) estaba celebrando el inesperado ascenso a la ACB de un equipo configurado para mantenerse en la segunda categoría del baloncesto nacional. Hubo de todo: polémica, suspense y destierro. La hazaña se logró en Lugo. Y se celebró entre multitudes en León

Tony Iglesias, con sus padres, al término del encuentro que le dio el ascenso a la ACB al Elosúa León en Lugo

Tan “inimaginable” como su fichaje para ser segundo de Gustavo Aranzana fue que Elosúa optase al ascenso a ACB. La fase tuvo de todo: polémica, destierro y suspense. Se consumó en Lugo y se celebró en León

Tony Iglesias había mamado el baloncesto en las pistas de Ponferrada. Pasó de la noche a la mañana de jugador a entrenador. Y pulía cada año sus aptitudes formativas en el Campus de Verano del Joventut. Tan “inimaginable” como su fichaje para ser segundo de Aranzana en el Elosúa (recibió la propuesta y esa misma noche ya durmió en Congosto, donde el conjunto leonés hacía la pretemporada) lo fue el ascenso a la ACB y la trayectoria en la élite de un club modesto que llegó a fases finales de la Copa del Rey y a clasificarse para la Copa Korac. Con el fútbol en horas bajas, el baloncesto se colaba de vez en cuando en los telediarios. “Abrimos un nuevo panorama para el deporte en la provincia”, destaca.

Los viajes por Europa no habrían sido posibles sin una fase de ascenso accidentada que empezó de la peor manera posible: derrota en casa y clausura del Palacio de los Deportes tras intervenir la Policía con la afición exaltada tras un polémico arbitraje contra Andorra en una serie al mejor de tres. Elosúa empató ganando a domicilio. Y en Lugo, la ciudad elegida para cumplir el destierro, tres tiros libres del luego escolta internacional Xavi Fernández con el tiempo consumido forzaron la prórroga. Los leoneses, que habían esquivado en el cuadro a Cajamadrid y Juver Murcia (que subió en detrimento de Obradoiro, cuyo recurso por alineación indebida del rival le llevó muchos años después a la ACB), se colaban en la final contra Lliria.

Iglesias formaba parte de un cuadro técnico con sus propios rituales: corrían de la iglesia de abajo a la de arriba en aquellas pretemporadas de Congosto, compartidas algunos años con el Real Oviedo de fútbol. Y mantuvieron las ‘manías’ durante la fase de ascenso: vestir la misma ropa, poner ajos en una de las canastas y, dado su destino como ‘locales’, aderezar el aperitivo con pulpo. Lugo, tan pulpero como basketmaníaco, se tiño de amarillo Elosúa. “Hubo que contratar autobuses de fuera de la provincia para la afición”, dice el berciano. El ascenso se consumó en la ciudad gallega el 20 de mayo de 1990. De vuelta a casa, hubo que parar antes de León, una ciudad tomada por miles de gargantas que celebraron el ascenso en San Marcelo, el colofón a una temporada que cambió la vida de Tony Iglesias.

Iglesias formaba parte de un cuadro técnico con sus propios rituales: vestir la misma ropa, poner ajos en una de las canastas y, dado su destino como ‘locales’ en Lugo, aderezar el aperitivo con pulpo

Tony Iglesias, el centro abajo agachado, en una foto con jugadores de Elosúa y familiares y aficionados llegados de Ponferrada el día del ascenso a la ACB en Lugo

Plantilla del Elosúa León (con Tony Iglesias, segundo por la izquierda de pie) que logró el ascenso a la ACB en 1990

Plantilla del Elosúa León (con Tony Iglesias, primero por la izquierda de pie) que logró el ascenso a la ACB en 1990