Hay días de drama y días de gloria. Hay jornadas en los que los focos te apuntan y otros en los que pasas desapercibido. Y ni en los primeros recae en ti todo el protagonismo ni en los segundos estás al margen de los acontecimientos. Eso le pasó al doctor Antonio Domingo Bodelón en un lapso de menos de dos años cuando ejercía como médico de la Deportiva Ponferradina. En septiembre de 2004 contribuyó a salvarle la vida al árbitro gallego David Pérez Alleres en el Estadio El Toralín; en junio de 2006, en el Estadio Rico Pérez de Alicante, pocos supieron que la historia pudo haber sido muy distinta de no actuar con diligencia ante un percance sufrido por Fran, el héroe del primer ascenso del equipo a Segunda División.

Antonio Domingo Bodelón, el año pasado en el Estadio El Toralín
Bodelón saltó al césped para atender al árbitro Pérez Alleres con el fisio, Carlos Fernández Sarmiento. Y participó en la reanimación con voluntarios de Cruz Roja y la enfermera Pilar San Sebastián
El Toralín vivió el drama y rozó la tragedia el 19 de septiembre de 2004. El árbitro que dirigía el encuentro de Segunda División B Ponferradina-Sestao, el vigués David Pérez Alleres, comenzó a tambalearse. Sobre el terreno de juego sólo había un médico en el banquillo local. El doctor Bodelón (de los pocos que por entonces se desplazaban con el equipo) salió con el fisio, Carlos Fernández Sarmiento, para prestar una primera asistencia en el césped. Con la ayuda de voluntarios de la Cruz Roja y la enfermera Pilar San Sebastián, que bajó desde la grada, realizó maniobras de reanimación camino de los vestuarios cuando el colegiado entró en parada cardiorrespiratoria. Una UVI móvil se lo llevó al Hospital El Bierzo. El partido se reanudó y la Ponferradina ganó 1 a 0. “Hoy seguramente se habría parado”, admite Bodelón.
Tras el encuentro, el doctor deportivista a la UCI del Hospital El Bierzo aquel domingo. Médico de familia (actualmente es coordinador del Centro de Salud en Gradefes), se incorporó a su puesto el lunes por la mañana y, por la tarde, se acercó al Hospital de León, adonde habían trasladado al paciente y donde recibió la felicitación en persona de los por entonces presidentes de la Federación Española de Fútbol y del Comité Técnico de Árbitros, Ángel María Villar y Victoriano Sánchez Arminio, respectivamente. Bodelón, que esa misma temporada había asumido más responsabilidades por mandato del entonces entrenador, Miguel Ángel Álvarez Tomé, recibió sucesivamente homenajes en galas del deporte en Ponferrada y en León y hasta una invitación a un partido amistoso Celta-Deportivo. “Pero aquello fue una labor de equipo”, matiza.
La Ponferradina saboreó la gloria en Alicante el 25 de junio de 2006. Llegaba a la eliminatoria final por el ascenso a Segunda A tras una “encerrona” contra el Universidad de Las Palmas en la que el propio doctor Bodelón sufrió una agresión tras haber cortado la noche anterior un amago de gastroenteritis de Fuentes y Pavone. Y en el habitual paseo matutino previó al choque decisivo, a Fran le picó una avispa en el pie. “Le pusimos frío y fuimos a buscar medicación inyectable a una farmacia”, recuerda. Cada persona reacciona a una picadura de forma diferente, añade Bodelón sin ocultar se trataba de una zona especialmente sensible. Al interior derecho no pareció afectarle. Y de sus botas partió precisamente el gol que llevó a la Deportiva al ascenso de categoría. “A mí me gusta más la Ponferradina que el fútbol”, dice este médico, que se integró en el engranaje del club cuando las deudas le habían puesto al borde de la desaparición, que tuvo un papel insospechado en uno de sus momentos más gloriosos y que ahora capea en su centro de salud una crisis sanitaria que le obliga a seguir solamente por la televisión al equipo de sus amores.
La mañana del partido por el ascenso contra el Alicante a Fran le picó una avispa. “Le pusimos frío y fuimos a la farmacia a por una medicación inyectable”, dice el doctor. Fran acabó marcando el gol del triunfo

El doctor Bodelón (segundo por la izquierda en la fila de abajo, el tercero es el fisio Carlos Fernández Samiento), dos temporadas después del primer ascenso con David Amaral (primero por la derecha en la fila de abajo) como entrenador