Era 1980 cuando Esperanza Neyra recibió una bolsa de caramelos por participar con una bicicleta de paseo en una carrera en Ponferrada por el primero de mayo. Era 1990 cuando se retiró en la cima del ciclismo femenino español a dos años vista de los Juegos Olímpicos de Barcelona. Era 2000 cuando nació Carmen Rodríguez. Y era 2020 cuando esta joven aficionada al deporte, todavía sin conocer a la pionera de esta disciplina en la comarca, quiso ponerse a prueba corriendo por independiente una prueba en el País Vasco. Cuando llegó allí ya se había suspendido una competición prevista para el 14 de marzo, en plena declaración del estado de alarma. Vivió el confinamiento subida al rodillo y debutó en julio sin equipo, que ahora ha logrado al integrarse en las filas del Eneicat de León, con el que se pondrá de largo este domingo, también 14 de marzo.

A la izquierda, Esperanza Neyra en primer plano junto a Chely Álvarez; a la derecha, Carmen Rodríguez entrenando con Conrado Fernández
Esperanza Neyra fue la pionera del ciclismo del Bierzo. Cuarenta años después, Carmen Rodríguez toma el relevo. Tras correr por independiente el pasado julio, el domingo 14 de marzo se estrena con el Eneicat de León
La historia del ciclismo femenino del Bierzo se escribe en números redondos. Se trata de un círculo que abrió Esperanza Neyra cuando se decantó por la bicicleta mientras Emma Alonso sí respondía a la llamada de José Arroyo para pasarse al atletismo. Y se cierra por ahora con Carmen Rodríguez, que había rondado el voleibol hasta que el ciclismo le fue atrapando. Participó en 2018 en el duatlón que organiza Emilio Villanueva; ya tenía bicicleta de carretera, pero le apasionaba la de montaña, cuando cumplió un sueño quedando sexta en la 101 Kilómetros Peregrinos de 2019; y se ha pasado al asfalto para recoger el testigo de quienes en los ochenta pusieron a la comarca en el mapa nacional. Esperanza fue a buscar a Carmen cuando coincidieron hace unos días en Bembibre. Y volvieron a juntarse luego en el Parque de la Concordia de Ponferrada. La historia del ciclismo femenino del Bierzo se resume en esa foto.
Carmen Rodríguez dio sus primeras pedaladas con apenas tres años de edad en Rimor (Ponferrada). Se pasó a la bicicleta de montaña a los 16 fascinada desde pequeña por los 101 peregrinos. “Era lo máximo para mí”, reconoce. A punto de cumplir los 19 había quienes le decían que no estaba preparada para un reto de tal magnitud. “Y otro amigo me dijo que estaba para disputarla”, relata. Ese amigo sabe lo que es competir. Conrado Fernández lo ha hecho muchas veces al volante de un coche de rallies. Y desde hace años descarga adrenalina a golpe de pedal. Él llevaba razón. Carmen se fijó el reto de hacer la 101 Peregrinos en ocho horas; llegó a la meta en 7 horas y 57 minutos; y quedó sexta en la clasificación general femenina. “Ha sido el mejor día de mi vida”, sentencia.
Carmen y Conrado salen ahora a diario a entrenar una media de entre dos horas y media y tres por las carreteras del Bierzo. Cuando dicen que son “supercompetitivos” no hace falta que lo juren. Ella cuenta con bicicleta de carretera desde la Navidad de 2018-2019. Fue él quien volvió a animarla a participar en aquel debut en solitario luego frustrado por la pandemia en el País Vasco, adonde regresó el 27 de julio para ponerse en la línea de salida en Durango, un escenario ideal para abrir una carrera deportiva que siguió dando pasos cuando contactó con el presidente del Club Deportivo Ciclismo Bembibre, Avelino Díaz. Limitada a las categorías de formación, la entidad bembibrense le remitió a Humberto Gómez, que junto a Eneritz Iturriaga llevan las riendas del club femenino Eneicat, un crisol de culturas con ciclistas de hasta nueve países distintos y una berciana dispuesta a dar guerra.
Carmen participó en la el duatlón que organiza Emilio Villanueva en 2018. Y al año siguiente en la 101 Peregrinos todavía con bicicleta de montaña. Quedó sexta en la general femenina. “Fue el mejor día de mi vida”, dice

Esperanza Neyra, junto a Emilio Villanueva, en una contrarreloj en el Polígono de las Huertas, en Ponferrada

Carmen Rodríguez, en 2019 todavía con la bicicleta de montaña

Carmen Rodríguez, entrenando con la bicicleta de carretera
Hay compañeras de equipo que disputaron el Campeonato del Mundo de Ciclismo de Ponferrada en 2014, cuando Carmen Rodríguez todavía ignoraba que un día iba a ponerse un casco, ajustarse el maillot y subirse a lomos de una bicicleta muy diferente de las que utilizaba en su día Esperanza Neyra, que bromea para asegurar que los únicos geles que ella conoció fueron los de baño (ni hablar ya de medir los vatios con un potenciómetro). Hay cosas que no cambian, opone cuando a la pionera se le insta a dar consejos a la joven promesa y suelta varias sentencias como “la que gana no siempre es la mejor”, “nunca vas a perder una carrera”, “no hace falta subir al podio para ganar”, “ser realista y quedarse con los buenos momentos” y una última que quiere que se le grabe a fuego: “Hazle caso sólo a una persona”.
La joven promesa berciana corre en las filas de un equipo en el que se juntan ciclistas de hasta nueve nacionalidades distintas, algunas de las cuales participaron en el Mundial de Ponferrada
“¡Mira! Ahí va un chico con pendientes”, oyó decir una vez Esperanza Neyra a su paso por una carretera de la zona cuando todavía costaba imaginar que una mujer fuera ciclista. “Yo no he notado nada por ser chica”, reconoce Carmen Rodríguez, que, de hecho, se siente más protegida y mimada cuando sale a entrenar en una grupeta rodeada de chicos. Esperanza aprovechaba sus condiciones físicas para exprimirse como rodadora sin renunciar a alguna victoria en la montaña. Carmen, que prepara oposiciones a la Policía Municipal y entrena a un equipo de voleibol, todavía no tiene carrocería para exponerse en el llano. La primera puso al ciclismo berciano en la línea de salida; la segunda buscará llevar lo más lejos posible su meta.

De izquierda a derecha, equipo de 1987 de la Peña Ciclista Villanueva con Emilio Villanueva, Montse Diéguez de la Rúa, Pilar Weruaga, Maite Bermejo, Chely Álvarez, Maru Rodríguez, Esperanza Neyra y María José Prado

Primer equipo español en el Tour de Laude de 1986. De izquierda a derecha, Marisa Izquierdo, Esperanza Neyra, Dina Bilbao y Josune Gorostidi

Carmen Rodríguez, entrenando con un grupo de chicos

Con bicicleta de montaña

De izquierda a derecha, Conrado Fernández, Esperanza Neyra y Carmen Rodríguez, en el Parque de la Concordia de Ponferrada

Carmen Rodríguez se pasó al ciclismo de carretera tras probar la bicicleta de montaña

Carmen Rodríguez se pasó al ciclismo de carretera tras probar la bicicleta de montaña

Esperanza Neyra (izquierda) y Carmen Rodríguez, en una imagen actual en el Parque de la Concordia de Ponferrada

Esperanza Neyra (izquierda) y Carmen Rodríguez, en una imagen actual en el Parque de la Concordia de Ponferrada