A César García Calvo ya no le tocaron odiseas como la de Emilio Fernández ‘el rubio de Torre’, que un día salió de la mina, pedaleó hasta Avilés, participó en la Vuelta a Asturias y se valió de la misma bicicleta para volver al tajo. Tampoco tuvo que engañar a sus padres para ir a competiciones o esconder los trofeos en casa al regreso como Emilio Villanueva o Antonio Arias. Pero ‘el jabalí del Bierzo’, el segundo deportista así apodado tras el futbolista faberense Marianín, todavía puede contar algunas batallitas como la del día en que cogió el R4 de su padre camino de Pontevedra, se cambió sobre la marcha al ver que llegaba a la salida con el tiempo justo, aparcó mal e hizo podio, pero tuvo que emplear el premio en pagar la multa y la gasolina. “Hoy se tiende a profesionalizar lo que no deja de ser amateur. Lo primero es que los niños se diviertan. Y se ha perdido la esencia del compañerismo”, analiza.

César García Calvo, durante la etapa en la que practicó atletismo

César García Calvo, durante la etapa en la que practicó atletismo

“Yo procuro que mis hijos también estén en la calle lo máximo posible. Pero ahora entiendes por qué se cabreaba tu madre”, admite César García Calvo al relatar salidas en bicicleta al pantano de Bárcena

César García Calvo nació el día de Nochebuena de 1974. Vivió en Hervededo (Camponaraya) los tres primeros años de su vida hasta que su familia se trasladó a Cuatrovientos (Ponferrada). Allí, al final de la calle San Esteban, la vida se desarrollaba en la calle. Los prados se convertían de improviso en campos de fútbol. Y, cuando cogía la bicicleta, la meta estaba por entonces en el pantano de Bárcena. “Y ahora no me dejas ir”, esboza un lamento su hijo, a su lado en la conversación que repasa su biografía. “Yo procuro que mis hijos también estén en la calle lo máximo posible. Pero ahora entiendes por qué se cabreaba tu madre”, admite. No salió de Cuatrovientos para hacer la EGB en el Colegio Jesús Maestro, desde donde pasó a la Sindical. En el primero había empezado a jugar al fútbol. “Pero no era bueno”, reconoce. La primera forma de sacarle partido a su físico fue el atletismo.

Entrenando en el grupo de Chus Alonso, hizo primero lanzamientos. De la misma quinta que Manolo Martínez, llegó a ser subcampeón provincial en peso. Cuando adelgazó y se pasó a las carreras, se proclamó campeón provincial de 800 metros siendo promesa con apenas 17 años de edad. El punto de inflexión se produjo cuando empezó a salir en bicicleta con Miguel Merino padre e hijo. “Me decían que yo tenía cualidades”, recuerda. Y así pasó primero por Ciclos Nino, se sacó licencia con el Club Ciclista Berciano y llegó a la Peña Villanueva todavía con la resaca de ver el oro de José Manuel Moreno en ciclismo en pista en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992: “Los Juegos nos impactaron a todos lo que entonces estábamos en la adolescencia o la juventud”. Y así se metió en una aventura en la que contó con el apoyo decidido de sus padres: “Sin ellos habría sido imposible”.

“No sabía ir en el pelotón”, rescata de aquellos inicios hasta fichar en 1994 por el Frío Julymar de Valladolid, desde donde a la temporada siguiente dio el salto al Cropusa de Burgos hasta participar en competiciones internacionales y debutar en la selección española sub-23, pero también correr por independiente pruebas de las que se enteraba por el recordado periódico Meta 2Mil como aquella de Pontevedra o las veces que metió la bicicleta en el tren o el autobús en Ponferrada contando sobre el terreno con la complicidad de directores dispuestos a prestar una rueda en caso de pinchazo. “Llegabas reventado, competías y con suerte sacabas para pagar el billete y el bocadillo”, cuenta para repescar también el recuerdo del “ambiente espectacular” de entrenamientos en la comarca del Bierzo en grupetas de las que salieron otros profesionales como Julio Rivera, Jorge Nogaledo o Sergio Bernardo.

Comenzó haciendo atletismo con Chus Alonso, primero lanzamientos a la sombra de Manolo Martínez y luego carreras hasta empezar en el ciclismo con Ciclos Nino, Club Ciclista Berciano y Peña Villanueva

César García Calvo (tercero por la derecha), con el Frío Julymar

César García Calvo (tercero por la derecha), con el Frío Julymar

César García Calvo, con el maillot del Recer Boavista portugués

César García Calvo, con el maillot del Recer Boavista portugués

César García Calvo, con el maillot del Relax Fuenlabrada

César García Calvo, con el maillot del Relax Fuenlabrada

Su mejor año de amateur fue 1996 coincidiendo con la mili y se marcó la temporada 1998 como frontera para dar el paso a profesionales o colgar la bicicleta. Una buena Vuelta a Zamora le valió para llegar al pelotón a través del Recer Boavista portugués en 1999, año que terminó en el Relax Fuenlabrada con lucimiento en la Vuelta a España al protagonizar una escapada con el francés Jacky Durand. Aquella aventura refrendó una actitud que atribuye en parte al ADN de la tierra (“es la raza berciana; somos testarudos”) y en parte a su forma de correr (“o me escapaba o me caía”) y que ya había sido refrendada al adjudicarle el apelativo de ‘el jabalí del Bierzo’ en recuerdo de aquel delantero fiero en el área. Su mejor año como profesional fue 2001 coincidiendo con los estudios de Tafad en Camponaraya en una campaña coronada con la victoria en las metas volantes de la Vuelta a España tras escaparse en pleno 11-S.

“Tenemos un paraíso para los deportes. Lo primero es creérnoslo y lo segundo es adecuarlo”, señala sobre las capacidades del Bierzo, adonde regresa siempre que puede ahora que vive en Oviedo

“Cuando atacaba no miraba mucho para atrás”, cuenta con otros hitos como la victoria en la etapa reina de la Vuelta al País Vasco de 2002 antes de cerrar en 2003 en el equipo vasco Café-Baqué una carrera ganada a pulso desde que diez años antes había empleado el dinero cobrado en la vendimia y la recogida de la pera y la manzana en comprarse su primera bici en Ciclos Nino. No miró para atrás tampoco para reciclarse laboralmente precisamente en el ámbito del reciclaje sin perder de vista su tierra. “Tenemos un paraíso para los deportes. Lo primero es creérnoslo y lo segundo es adecuarlo”, señala con el orgullo del homenaje recibido en su día en el Colegio Jesús Maestro o de subir el Redondal o el Angliru en volandas arropado por el aplauso de caras conocidas por encima del tirón mediático (“hoy sales en el Marca y pasado mañana ya no se acuerda nadie”). Residente en Oviedo desde hace 14 años, como hacía cuando corría en bici, siempre que puede se escapa… y regresa al Bierzo.

Peña Ciclista García Calvo

Peña Ciclista García Calvo

Recortes de prensa de 'As' y 'Diario de León' sobre César García Calvo

Recortes de prensa de ‘As’ y ‘Diario de León’ sobre César García Calvo

'La voz de Cuatrovientos' (derecha) y César García Calvo con la Peña Villanueva

‘La voz de Cuatrovientos’ (derecha) y César García Calvo con la Peña Villanueva

César García Calvo, con Jacky Durand en una escapada en la Vuelta a España de 1999

César García Calvo, con Jacky Durand en una escapada en la Vuelta a España de 1999

César García Calvo, con el Relax Fuenlabrada

César García Calvo, con el Relax Fuenlabrada

César García Calvo, ganador de las metas volantes de la Vuelta a España de 2001

César García Calvo, ganador de las metas volantes de la Vuelta a España de 2001