El episodio que marca la transición en la historia reciente del baloncesto berciano pilló a Alexis Álvarez siendo cadete. Sus primeras canastas fueron las últimas del JT, el club que pintó de verde una edad dorada del deporte en la comarca. Y se incorporó sin solución de continuidad en el verano de 2002 a la fundación del Ciudad de Ponferrada, con el que hizo su propia transición de la pista al banquillo hasta ser entrenador del primer equipo en Liga EBA. Precisamente por haber visto y protagonizado el nacimiento y crecimiento del club le dolió más un despido que le hizo volcar su carrera hacia la profesión de enfermero, que ahora compatibiliza con la de técnico tanto de selecciones inferiores de Castilla y León como de segundo del Basket León en EBA. “Y disfruto por igual con la formación que con la competición”, confiesa.

Alexis Álvarez, en el Palacio de los Deportes de León

Alexis Álvarez, en el Palacio de los Deportes de León

Alexis Álvarez se incorporó como jugador cadete al JT tres meses antes de la desaparición del club, sobre cuyas cenizas surgió el Ciudad de Ponferrada, del que llegó a ser entrenador en Liga EBA

Alexis Álvarez, que nació en Ponferrada en 1988 e hizo un peregrinaje educativo siguiendo los destinos laborales de su madre como profesora, ya no vivió los momentos épicos del JT en el Pabellón de la Borreca. Había sido portero de la Morenica y la Ponferradina hasta que el último cambio de colegio al San Antonio le hizo decantarse por el baloncesto siguiendo la estela de varios de sus amigos. Así redescubrió un deporte que había practicado como actividad extraescolar en el colegio Peñalba. El JT exhalaba sus últimos suspiros. Él se incorporó tres meses antes de la desaparición del club, sobre cuyas cenizas surgió el Ciudad de Ponferrada. Nada más hubo que cambiar el verde por el azul en las camisetas habida cuenta de que el equipo cadete en el que militaba apenas varió de integrantes.

“Nunca fui especialmente bueno como jugador”, reconoce quien, por su temprano desarrollo físico, ya empezó desempeñando funciones de alero o de ala-pívot. No obstante, fue escalando categorías hasta debutar en el equipo sénior dirigido entonces por Alberto Miranda. Una lesión de rodilla “fue el detonante” de su transición hacia los banquillos, un territorio que había comenzado a explorar con el colegio La Asunción y varios equipos de base del Ciudad de Ponferrada. “Y con Luis Daniel (Enríquez) y Jorge Duque fue con los que más aprendí”, cuenta un entrenador que vivió de forma paralela el crecimiento de un club nacido bajo el impulso entusiasta del desaparecido Francisco Cabo y que tuvo su punto de inflexión con la llegada a la presidencia de Óscar García.

Las tardes de gloria en las que el Pabellón de la Borreca se llenaba una hora antes del comienzo del quinto partido de la serie de ascenso a la LEB contra Aracena habían pasado a la historia. Por su mayor aforo, el Pabellón El Toralín (hoy rebautizado como Lydia Valentín) resultaba “más frío”. “Pero Francisco Cabo hizo una apuesta muy fuerte ya de principio y con una visión a largo plazo”, subraya al recordar escenas como la de un zeppelin sobrevolando la pista. Con la entrada de la directiva actual, señala, “la idea siempre fue la de no crecer más de lo que se pudiera en cada momento y dar pasos siempre con una base sólida”. Alexis Álvarez, que había vivido una final four júnior que dejó a los bercianos a las puertas del Campeonato de España, ya dirigía al primer equipo en una fase de ascenso a Liga EBA en 2014: “Fue el primer brote de lo que hoy es el Ciudad de Ponferrada. Había más de mil personas en el pabellón. Y todos los jugadores eran de la casa”.

Una lesión de rodilla “fue el detonante” de su transición hacia los banquillos. “Y con Luis Daniel Enríquez y Jorge Duque fue con los que más aprendí”, cuenta sobre sus primeras experiencias como técnico

“El club y yo crecimos de la mano”, afirma. Y llegaron por fin en 2016 a la Liga EBA. Los jugadores de la casa componían la base y los estadounidenses Sam Prescott y James Cambrone aportaban el espectáculo. El equipo generó una nueva afición al baloncesto a la ciudad y se quedó cerca de llegar a la fase de ascenso. Alexis Álvarez cerró la temporada con la sensación de haber hecho los deberes. Pero el club prefirió relevarlo. “Fue un momento duro. Fue una decisión que me dolió porque sientes al club también como algo tuyo, pero que respeto”, admite. Alexis, que ya coordinada la Escuela Municipal de Baloncesto y la Liga Escolar, dio entonces un cambio de rumbo para volcarse en su profesión de enfermero tras cursar en Ponferrada unos estudios que luego completó con los de Tafad (Técnico Superior en Animación de Actividades Físicas y Deportivas). Fue en septiembre de 2018 cuando llegó a León para trabajar en Asepeyo, labor que compatibiliza con la de segundo entrenador de Basket León y seleccionador autonómico de base.

Era ya entrenador del Ciudad de Ponferrada en la fase de ascenso a EBA en 2014: “Fue el primer brote de lo que hoy es el club. Había más de mil personas en el pabellón. Y todos los jugadores eran de la casa”

Estar al frente de jugadores mayores desde muy joven le hizo ganar madurez: “Te enseña a gestionar un montón de emociones desde un puesto de responsabilidad”. Dirigir equipos de base le obliga a cambiar el chip: “Siempre he compatibilizado las dos cosas. Y la parte de formación completa a la de competición”. Alexis Álvarez, que tampoco vivió la época gloriosa del Elosúa León y que ha encontrado nuevos ‘padrinos’ deportivos en Rafael Gil y Luis Castillo, ahora entrena en un escenario “especial” como el Palacio de los Deportes, agradecido por el trato recibido al otro lado del Manzanal (“hay una rivalidad que no es tal”) y disfrutando de un deporte que le ha hecho “ganar habilidades que resultan muy útiles para la vida”.

Alexis Álvarez, en el Palacio de los Deportes de León

Alexis Álvarez, en el Palacio de los Deportes de León