
Alberto Martínez es enfermero del Real Madrid desde finales del año 2010
Alberto Martínez quiso establecer un vínculo entre su formación sanitaria y su pasión deportiva, la que forjó en campos de tierra, barro y escarcha desde finales de los ochenta en el Santa Marta. Y encontró hace ocho años la fórmula para conseguirlo en instalaciones cinco estrellas, las que ofrece el Real Madrid a sus canteranos en Valdebebas o los salones para los actos de su Fundación. Conocido como ‘Capi’ por sus amigos por aquellos tiempos de brazalete y salidas al cruce desde la posición de líbero, Martínez presta desde finales de 2010 asistencia en las categorías de base del club blanco: es un enfermero berciano en ‘La Fábrica’.
Llegó a Valdebebas todavía a tiempo de ser testigo del paso al Castilla de la generación de los Álvaro Morata, Lucas Vázquez y Dani Carvajal, los que han contribuido a asentar una nueva hegemonía madridista en la Copa de Europa. Y ha coincidido puntualmente en Valdebebas con ilustres que también levantaron en su día ‘La Orejona’ como Fernando Morientes, Guti o Santiago Solari, el actual entrenador del primer equipo. Su trabajo, no obstante, se centra en la asistencia sanitaria a chavales hasta la categoría Juvenil, donde ha visto la evolución de chicos que escalaron hasta las convocatorias de Primera División y Champions League como Borja Mayoral y de muchos otros que peregrinan por otros clubes como la Ponferradina en los casos de Gonzalo Melero o Joaquín Rodríguez.
Nacido en 1980 y con antecedentes familiares en el mundo sanitario, Alberto Martínez buscaba a la conclusión del Bachillerato la manera de ligar ese influjo con su afición por el deporte. Vedado el acceso a estudios de Fisioterapia e INEF, se decantó por cursar en el Campus del Bierzo la titulación de Enfermería con la idea de servir de trampolín. Pero con apenas 22 años ya trabajaba en urgencias del Hospital Son Llàtzer de Mallorca, donde se asentó hasta desechar aquel planteamiento inicial. La experiencia de un compañero como enfermero del Real Mallorca de finales de los 2000 con Héctor Cúper en el banquillo y Leo Franco y Arango sobre el césped le puso sobre la pista de un nuevo enfoque profesional.
El primer partido, con el Infantil A
El berciano se trasladó a Madrid en 2009. Cursó con una compañera de trabajo un posgrado de la Universidad Complutense en Enfermería Deportiva. Y los dos encajaron en la oferta del Real Madrid, que por entonces buscaba un perfil de profesionales en urgencias y emergencias. El fin de semana posterior a firmar el contrato a finales de 2010 ya estaba sentado en el banquillo del Infantil A, en el que apuntaba maneras el delantero Borja Mayoral “aunque no tanto” como otros con más cualidades que luego no han llegado tan alto. Martínez inició su trayectoria en el ‘pool’ establecido para atender la multitud de compromisos y eventos organizados por el Real Madrid, que delega la asistencia sanitaria en Sanitas, entidad que a su vez subcontrata este servicio de enfermería a Sogesalud.
Fue durante tres temporadas (de 2013 a 2016) enfermero del equipo con los benjamines, una categoría en la que apenas se producen lesiones. “En ese tiempo sólo tuve que atender una fractura”, ilustra para citar entre los problemas más frecuentes los derivados de los cartílagos de crecimiento, más comunes todavía en los equipos de baloncesto. “Se trata más bien de una labor de tutorizar y, en el campo, damos una primera atención que en ciertos casos se puede derivar”, añade para reconocer que muchas veces funciona el mito del ‘agua milagrosa’, bálsamo de efectos terapéuticos que porta cada enfermero de equipo de fútbol. El mayor trabajo se sustancia en la previa con el contacto con los médicos para poner en antecedentes de lesiones y cuidados para aplicar eventuales vendajes funcionales prepartido.
Más táctico y físico, pero con la misma ilusión
Los reconocimientos médicos rutinarios y la atención a las pautas alimenticias en la residencia también figuran entre las labores realizadas por este enfermero que compatibiliza estas funciones con su trabajo en un centro de salud y ha regresado al puesto en el ‘pool’, donde cada semana recibe por correo electrónico la agenda de actos que requieren de la presencia de un sanitario y que también ha vivido la experiencia de concentraciones y viajes al extranjero. “La principal diferencia del Real Madrid con casi cualquier otro club son los recursos, tanto en instalaciones como en capital humano”, subraya con el ejemplo de partidos contra equipos de clubes de primer nivel en los que ha tenido que prestar asistencia a los rivales por falta de sanitarios en su banquillo.
Formar parte del entramado del club más laureado le ha permitido tomar contacto con leyendas como Pachín, uno de los habituales de las primeras Copas de Europa pasando por Velasco y De la Red hasta llegar a protagonistas del actual primer equipo como Javi Sánchez, Reguilón o Marcos Llorente, además de promesas del baloncesto convertidas hoy en estrellas mundiales como Luka Doncic. Sabe por experiencia que no todos los que despuntan luego destacan, pero se atreve con un pronóstico al augurar que chicos actuales de cantera como Alberto Risco y Hugo de Llanos llegarán arriba. Y no puede evitar comparar estos tiempos con los suyos en el fútbol base. “La ilusión es la misma aunque aquí hubiera barro”, señala para conceder que en la actualidad se trabaja más lo táctico y lo físico quizás a costa de perder cierta frescura y romanticismo. Lo dice Alberto Martínez ‘Capi’, que ha viajado en 30 años de los campos de tierra de Ponferrada a la enfermería de ‘La Fábrica’.

Alberto Martínez ‘Capi’, en formaciones de equipo con el brazalete de capitán en todas las imágenes menos la última