María José Rodríguez ‘Pepa’ empezó a jugar al fútbol en el País Vasco

Haría falta un libro, más que un reportaje, para condensar la biografía de María José Rodríguez, ‘Pepa’ para todos en El Bierzo. El deporte y la educación se entrecruzan en una trayectoria cargada de hitos personales en fechas señaladas de la historia reciente de la comarca. Deportista, profesora, formadora y empresaria, el acento femenino es también una tónica en una vida intensa que comenzó de forma itinerante hasta establecerse definitivamente en Ponferrada, cuyo declive económico ve “con tristeza” antes de apelar como receta de la recuperación a la unión. Y ella sabe mucho de hacer equipos.

Con raíces familiares en Cacabelos, nació en Oviedo por el trabajo de su padre, la circunstancia que determinó una infancia itinerante con escalas en León, Fabero, Villaseca de Laciana (Villablino), Bárcena del Bierzo y Ponferrada, donde cursó estudios en el Instituto Gil y Carrasco. Por la misma causa se desplazó en plena adolescencia a Monforte de Lemos (Lugo), donde vivió ya discriminaciones de género con un castigo impuesto en el instituto por ir las chicas a una excursión al monte por San Blas. Hizo los últimos cursos del Bachillerato en el País Vasco, donde empezó a jugar al fútbol en el Galdácano y el Arratia en un ambiente distinto. “La sociedad vasca era matriarcal”, destaca con el ejemplo de las mujeres que se levantaban de su asiento del autobús para dejar sitio a los obreros que salían de las fábricas.

En un torneo de fútbol por la Pascua en el año 1971 en Cacabelos con José Luis Prada ‘A Tope’

Con un equipo femenino de baloncesto del Campo de la Cruz

“Al principio se hacía deporte en los centros si había gente entusiasta”, dice para destacar la implicación de los profesores en la formación de equipos escolares

Pepa sacó los estudios de instructora de Educación Física. Y tras el curso 1972/73 en Bilbao, volvió a Ponferrada, primero a la sección delegada del Gil y Carrasco en Flores del Sil y luego ya para siempre el Instituto Álvaro de Mendaña. “Cuando vine para aquí estaba mal visto que fuera en chándal a trabajar”, enfatiza en aquellos años en los que Ponferrada despertaba al deporte reglado a través de una generación de profesores que se implicaron en actividades extraescolares sin ninguna remuneración. “Y se hacía deporte en los centros si había gente entusiasta”, destaca al citar el impulso al balonmano de Pilar Rodríguez hasta conseguir que uno de sus equipos femeninos fuera cuarto de España.

Vivió en primera persona el estreno del Álvaro de Mendaña, al que su impulsor y primer director, el recordado Demetrio Mato del Palacio, quiso darle un aire de “instituto americano” pero que abrió sus puertas sin pistas deportivas, que se fueron completando a veces gracias a contribuciones particulares como la de aquel padre que puso las porterías, recuerda mientras posa en el Parque de la Concordia con las instalaciones de fondo. Fueron años de ebullición con los Juegos Deportivos del Bierzo o la creación de clubes como el Basket Bierzo y también de reivindicación con encierros en la Sindical para conseguir la licenciatura de INEF, que cursó de forma intensiva para trabajar ya desde 1986 con esa catalogación.

En los primeros años del Instituto Álvaro de Mendaña de Ponferrada

Pepa (en la imagen con el entrenador de baloncesto Tony Iglesias) estuvo implicada en la organización de CIMA

 

Fue delegada del Basket Bierzo. Y notaba por estar vinculada a un equipo masculino recelo “no en los jugadores sino en el ambiente” 

“Los bercianos somos muy individualistas. Y, tal y como están las cosas, o hacemos equipos y pactos o no hay solución”

Fue probablemente aquella consecución que consolidó las condiciones laborales de los profesores de Educación Física la que, paradójicamente, marcó el comienzo del declinar del deporte escolar. Pero para entonces ya había contribuido al arranque de CIMA (Ciudad Mágica) y abierto el gimnasio Aros 5, que en 1987 se convirtió en club para desarrollar desde entonces y hasta ahora la gimnasia rítmica. Pepa no bajó el ritmo y en 1992 fue una de las relevistas de la antorcha olímpica en medio de las reivindicaciones para hacer de Ponferrada una ciudad universitaria, al tiempo que daba cancha al deporte escolar femenino hasta conseguir que un año el Álvaro de Mendaña contara con 13 equipos de diferentes disciplinas.

Llegaron la jubilación como profesora en 2012 y los reconocimientos. Fue pregonera de CIMA y de las Fiestas de la Encina. Y a la llamada de la política, a la que había renunciado durante sus años de docencia, respondió integrándose en la lista de USE (Unidad Social de Electores) Bierzo para las municipales de 2015, de cuyo programa electoral rescata el proyecto para formar una escuela deportiva de padres en una ciudad que en los años de vacas gordas estaba “impecable”. “Y ahora es una pena ver Ponferrada”, dice sin eludir la autocrítica: “Los bercianos somos muy individualistas. Y, tal y como están las cosas, o hacemos equipos y pactos o no hay solución”.

Convencida de la idoneidad de la actividad física como potenciadora del desarrollo intelectual, se refiere a su profesión como “pasional” y reconoce que ha podido canalizar las reivindicaciones de género en sus ámbitos de acción sin ocultar el recelo que notaba “no en los jugadores sino en el ambiente” cuando era delegada del equipo masculino de Basket Bierzo. “Y se ha podido demostrar, por ejemplo, a través de los éxitos deportivos que somos iguales”, señala sin bajar la guardia: “Hemos evolucionado muchísimo, pero no nos podemos conformar porque hay algunos brotes preocupantes”. Y cualquiera que la conozca no tendrá ninguna duda de que Pepa seguirá luchando.

“Hemos evolucionado muchísimo en igualdad, pero no nos podemos conformar porque hay algunos brotes preocupantes”

Hizo el relevo de la entrada de la antorcha olímpica de 1992 en el tramo entre la salida de la Nacional VI y la entrada por Cuatrovientos y participó en la organización de los actos

Con otras mujeres monitoras en las piscinas climatizadas de Ponferrada

Con la gimnasta olímpica leonesa Carolina Rodríguez en una competición en Ponferrada

Con gimnastas y entrenadoras del Club Aros 5

Durante la entrevista, rodeada de recuerdos

Pepa, con las pistas deportivas del Álvaro de Mendaña donde tantas horas pasó. de fondo