“A mí no me bastaba con llegar a la montaña. Quería saber qué había detrás”. A Miguel Martínez Basurco la vida se le puso cuesta arriba desde niño. Sin atisbo de lamentos, emprendió la marcha desde Villafranca del Bierzo. A base de coraje y arrojo se vio en ocasiones liderando una causa con una comarca corriendo detrás. Así descubrió que el deporte podía ser una herramienta para reivindicar la llegada de los centros universitarios o para oponerse a la quema de residuos, pero también para enaltecer la belleza de una zona llena de recursos naturales, paisajísticos y patrimoniales. Y lo ha hecho sin rastro de petulancia. “Yo solamente sé cortar carne y correr”, zanja.

Basurco (con el dorsal número 1) en las 24 horas corriendo en Ponferrada para reivindicar los centros universitarios

La vida se le puso cuesta arriba desde niño. A base de coraje se vio en ocasiones liderando una causa con una comarca corriendo detrás. “Yo solamente sé cortar carne y correr”, dice para restarse importancia

Descendiente por rama materna del País Vasco, a Miguel Martínez Basurco le tocó desde niño hacer una vida más propia de la generación anterior que de la suya. A la muerte de su padre y con un hermano discapacitado, a los 14 años tuvo que aparcar los libros y meterse en faena. Y así lo habría elegido. “Yo era lo que hoy es un hiperactivo. Lo que pasa es que antes se decía que eras un mangante”, cuenta de nuevo sin retórica. Empezó como ‘chico de los recados’ en la tienda de Severino, donde al dicho popular como reclamo a la clientela pronto se unió su apellido materno hasta componer el latiguillo ‘María compra, Basurco vende’. Allí lo mismo despellejaba un conejo que hacía un mandado en bicicleta. La vida iba a empezar a coger ritmo precisamente a golpe de pedal.

Pese a situar sus primeros escarceos con el deporte en las salidas al monte con un grupo de amigos para hacer escalada, lo cierto es que iba a estrenar las aventuras a lo grande sobre dos ruedas. A falta de recursos económicos, se compró a plazos una bicicleta de montaña en Hermanos Puerto Yáñez de Ponferrada, donde ya trabajaba como carnicero. El dinero del autobús que se ahorró yendo y viniendo desde Villafranca en bici lo invirtió en un viaje por Europa en el que subió pedaleando los míticos puertos del Tour de Francia. Acababa de estrenar las ‘basurcadas’, el término con el que se acabaron acuñando los más variados retos, a veces solamente deportivos y otras trufados con causas sociales.

A la vuelta de esa primera aventura descubrió leyendo la popular revista Corricolari los beneficios de pruebas combinadas como el triatlón. “Y al día siguiente me puse a correr por el Parque del Temple hasta que me cansé”, recuerda. Ya había hecho sus progresos cuando en 1992 vio un anuncio del Maratón de Toral de los Vados. Y acabó inscribiéndose convencido de que se trataba de cubrir 25 kilómetros. Por eso, con la prueba pasando por Ponferrada, se dispuso a cambiar el ritmo hasta que le advirtieron de que faltaba casi la mitad del recorrido. Consiguió llegar a la meta. “Pero creo que no hubo ni un solo músculo que no se me subiera. Tuve que pedir la baja y estuve un par de días sin ir a trabajar”, relata.

“Yo era lo que hoy es un hiperactivo. Lo que pasa es que antes se decía que eras un mangante”, cuenta de nuevo sin retórica quien empezó a trabajar en una tienda de ‘chico de los recados’ a los 14 años

Tras cubrir la Espartatlón, la prueba más dura a la que se ha sometido, en 2001

Con la camiseta de España en un Mundial de Ultrafondo en Holanda en el año 2000

Con la camiseta de España en un Mundial de Ultrafondo en Holanda en el año 2000

Sin experiencia previa, se inscribió al Maratón de Toral pensando que constaba de 25 kilómetros. Cuando iba cambiar de ritmo, le dijeron que quedaba más de la mitad.  Llegó a la meta. “Pero tuve que pedir la baja”

Muchas veces no se trataba tanto de ir más rápido como de llegar más lejos. Siendo ya campeón de España de 100 kilómetros, quiso batir el récord de distancia recorrida en 24 horas. El Bierzo quería los centros universitarios. Y Cenco, donde trabajaba, impulsó una campaña reivindicativa con el reclamo de aquel joven deportista con cara de niño al que en las carreras le pedían el DNI. “El problema era que León no daba la autorización. No nos hacían caso. Sólo nos querían para pagar impuestos. Como ahora”, resume. El reto se acabó fijando para los días 2 y 3 de diciembre de 1995. Con frío, un circuito por las Huertas del Sacramento lleno de giros de 180 grados y una pájara de madrugada aliviada por la intervención del doctor Antonio Domingo Laredo, se quedó en 205 kilómetros cuando el récord estaba en 221. Pero Ponferrada estrenó al año siguiente el Campus del Bierzo.

El reto disparó su popularidad sin que nunca dejara de pisar el suelo. “Yo tenía que trabajar para vivir. Si me pagaran por correr, no disfrutaría igual”, cuenta Basurco, que durante años fue corriendo al trabajo para poder entrenar en los meses de clima más benigno de Villafranca a Ponferrada (una hora y media de ida y otro tanto de vuelta). También corriendo fue de invitado a una boda a Barcelona o cubrió el Espartatlón, su experiencia más dura, con 246 kilómetros sobre las piernas y siete kilos menos en la báscula. Y así se ofreció al movimiento surgido en contra de la quema de residuos en Cementos Cosmos de Toral de los Vados para hacer siete maratones en siete días consecutivos. La causa puso en la picota un modelo de desarrollo económico que, a su entender, “sólo ha dejado polvo, morralla y miseria”. “La minería ha dejado miseria y riqueza para dos”, remacha. Y no obtuvo respuesta cuando accedió a conocer el proyecto sobre el terreno a cambio de que directivos de la empresa visitaran una planta de oncología. “La ignorancia es peor que una pistola”, advierte para echar en falta un estudio epidemiológico de la comarca.

Corrió siete maratones para oponerse a la quema de residuos en la cementera de Toral de los Vados. La causa puso en la picota un modelo de desarrollo económico que “sólo ha dejado polvo, morralla y miseria”

En una vida a la carrera, también hay que saber cuándo hacer una pausa. “Hay momentos para todo y el mío pasó cuando nació mi hija”, dice al recordarse renunciando a un billete para Alaska. Había conocido a su mujer a su regreso laboral a Villafranca del Bierzo. Compartían trabajo, y chocaban a menudo, en Carrefour. “Ella decía que no podíamos estar juntos”, cuenta. Pero acabaron enamorándose. Ella enfermó de cáncer. Y él hizo otra pausa: vendió su parte de la empresa para estar a su lado hasta el final. Ya para entonces la mente trabajaba más que las piernas. “Como no podía hacer basurcadas, las organizaba”, dice para explicar el surgimiento de la Dragoman o la Bierzo Triman. La primera es la única carrera en unir dos castillos de una misma familia (los Halffter-Caro entre Corullón y Villafranca). Y el triatlón transcurre por el entorno de dos hitos Patrimonio de la Humanidad como Las Médulas y el Camino de Santiago. Fue su manera de poner en valor el potencial del Bierzo y de responder al boom del deporte popular.

Miguel Martínez Basurco lleva años diciéndolo: “Antes a ligar ibas a la Delfos y ahora vas a un gimnasio porque tienes más posibilidades”. La extensión de la actividad deportiva contrasta con la competitividad de sus comienzos (“antes se corría para ganar”, opone), como cuando llegó el penúltimo en su primer medio maratón y ya casi habían desmontado el chiringuito en la Fuentesnuevas de Chus Alonso. Ahora, tras pasar también por el ámbito formativo, centra sus esfuerzos en la carnicería por cuenta propia abierta junto al Jardín de la Alameda, donde predica con el ejemplo con un modelo de negocio sin intermediarios y con productos de la zona. Si los retos fueron ‘basurcadas’, ahora las hamburguesas son ‘Basurking’. Y es que Basurco sigue siendo el rey.

Basurco recorrió 205 kilómetros en 24 horas en el circuito de las Huertas del Sacramento cuando el récord estaba en 221

Primera Dragomán en Villafranca del Bierzo en 2004

En el podio, con la medalla de bronce por equipos en el Campeonato de Europa de 100 kilómetros en 1999

En 2003, en su primera maratón nocturna, en Segovia

En el Maratón del Sahara en 2003

En el Maratón del Sahara en 2003

En su primer triatlón de media distancia, en Guadalajara en 2006

En el Campeonato de Europa de 2000 en Burdeos

En el Campeonato de Europa de 2000 en Burdeos

Varios integrantes de la selección española con el mítico ultrafondista griego Yiannis Kouros

En otra cita con la selección española

En su carnicería en Villafranca del Bierzo

Con el Jardín de la Alameda y la Colegiata de Villafranca del Bierzo al fondo