Episodios relativamente previsibles y giros de guion insospechados se cruzan en la biografía de Luis Núñez del Blanco, villafranquino de cuna y de militancia. Parecía predestinado a ser oficial del Registro de la Propiedad; y lo fue hasta la jubilación. Ni se le pasaba por la cabeza ser alcalde de Villafranca del Bierzo; y no lo fue solamente una, sino dos veces en distintas etapas. A otros cargos fue llegando muchas veces por azar y a otros renunció si le separaban de su villa hasta completar una vida que resume hablando a veces sin paños calientes y mostrando un álbum de fotos en el que abundan los ilustres de la cultura, la política y la sociedad.

Con su hermano Enrique, en el Colegio Divina Pastora de Villafranca

“La primera vez que vi un baile recuerdo que temblaban la plaza y los edificios”, dice. Fue a pasar un verano a Madrid a casa de unos tíos con 12 años. Como no le dejaron regresar solo en tren, se quedó en la capital

Nos recibe precisamente con una selección de imágenes que pintan una biografía que empezó en blanco y negro. Nacido el 8 de octubre de 1942 (padre de Villafranca y madre de Orallo), empezó a estudiar en el Colegio Divina Pastora con su hermano Enrique. Luego pasó por la Academia de Elis y por las clases de don Gumersindo. La villa vivía “en pleno apogeo”. “Y la primera vez que vi un baile recuerdo que temblaban la plaza y los edificios”, anota. Su vida cambió con un episodio hoy inverosímil. Fue a pasar un verano a Madrid a casa de unos tíos con apenas 12 años de edad. Como no le dejaron regresar solo al Bierzo en tren, se acabó quedando en la capital para estudiar primero Taquigrafía y Mecanografía, cursar luego el Bachillerato en el Instituto Cardenal Cisneros con varios profesores villafranquinos y matricularse en Derecho.

Madrid apenas tenía entonces millón y medio de habitantes. Pero la diferencia con su vida anterior era abismal. “Me llamaban paleto”, dice quien trató de aprovechar aquella estancia más allá de los estudios reglados: “Los fines de semana iba a conocer lo que había que conocer: al Museo del Prado o a conciertos para los que había que hacer cola de madrugada”. Apenas le faltaban un par de asignaturas para completar la carrera cuando su padre enfermó y él regresó. De repente se vio integrado en la Cooperativa Vinícola Villafranquina. Tuvo que hacer el servicio militar en Santiago de Compostela. Y, con su padre ya fallecido, le pusieron entre la espada y la pared para aceptar la Alcaldía. “Mi padre, que había vivido la guerra, me habría matado. Yo nunca me lo había imaginado. Me opuse, pero me amenazaron”, relata.

Con la infancia y la primera juventud marcada por la experiencia madrileña, su contacto con Villafranca se había limitado. Su padre y su hermano trabajaban en el Registro de la Propiedad. “Y los veranos, cuando otros iban al río, yo iba a ayudarles”, señala. Había trabado amistad con el escritor Antonio Pereira, quien lideraba lo que denominaba ‘la patrulla’ para ir de vinos por la noche por la villa. “Y luego, cuando fui alcalde, me llamaba para buscar mantenedores para la Fiesta de la Poesía”, añade al recordar pregoneros “extraordinarios” como el académico Valentín García Yebra. Tras el retorno, su vida iba a girar en torno a un destino previsible (oficial del Registro) y otro insospechado (alcalde de Villafranca).

Trabó amistad con Antonio Pereira, quien lideraba lo que denominaba ‘la patrulla’ para ir de vinos por la noche: “Y luego, cuando fui alcalde, me llamaba para buscar mantenedores para la Fiesta de la Poesía”

Segundo por la izquierda arriba, en el patio del Colegio Divina Pastora

En la Brigada de Infantería Aerotransportable

Luis Núñez del Blanco hizo la mili en Santiago de Compostela

“Nunca me lo había imaginado. Me opuse, pero me amenazaron”, señala para explicar cómo llegó a la Alcaldía en 1975. Meses después murió Franco. Y lo que iba para seis meses acabó por extenderse cuatro años

La ‘pequeña Compostela’ tenía alrededor de 6.000 habitantes cuando se puso al frente de su Ayuntamiento en 1975. Era abril. Franco murió en noviembre. Reemplazaron a los alcaldes más antiguos. Y, en su caso, lo que iba a ser para seis meses acabó por extenderse hasta cuatro años. “Se reformó la calle del Agua y el entorno del Castillo. Y se luchó por la residencia de ancianos”, resume sobre aquel mandato que terminó en el hospital con tuberculosis. La UCD le tentó para presentarse a las primeras municipales en democracia tras la dictadura en 1979. “Pero yo le dije a (Rodolfo) Martín Villa que no podía ser alcalde de un municipio no tenía luz”, fue su respuesta tras la anexión de Paradaseca.

Tras ese paréntesis, regresó al ruedo municipal como candidato de Alianza Popular en 1983. Con una lista colonizada por titulados, obtuvo nueve de 13 concejales en una comarca escorada a la izquierda en la que AP sólo pudo gobernar en Villafranca y Molinaseca. “Se puso el depósito de agua, se arregló el cuartel, se hicieron el colegio y el instituto”, dice sobre un mandato en el que también fue diputado provincial y llegaron del Palacio de los Guzmanes 400 millones de pesetas para la carretera a Paradaseca, pero que también acabó en el hospital por una infección. ¿Aquella experiencia política pudo llegar más lejos? “Me ofrecieron otros cargos, pero yo dije que no a lo que implicara estar fuera de Villafranca”, responde sin dejar de comparar los tres trabajadores de entonces con la decena actual en el Consistorio.

“Me ofrecieron otros cargos, pero yo dije que no a lo que implicara estar fuera de Villafranca”, explica. Trabajó en el Registro de la Propiedad hasta la jubilación: “Cada dos meses se gastaba una pluma estilográfica”

Mucho cambiaron las cosas también en el Registro de la Propiedad desde su llegada hasta su jubilación. La plantilla que se resumía en su hermano y él ahora asciende a siete más el propio registrador. “Cada dos meses se gastaba una pluma estilográfica”, ilustra quien se retiró ya usando el ordenador. El destino era un trampolín natural hacia Galicia, si bien en el caso de un gallego lo fue hacia una vida política en la que ascendió hasta ser presidente del Gobierno. En su álbum de fotos falta una con Mariano Rajoy.

Luego siguieron llegando cargos: presidente de la Rondalla Villafranquina, de la Sociedad Filarmónica Juan del Enzina (donde contabiliza 121 conciertos con grandes músicos de España también con la figura de Cristóbal Halffter como imán), de la Cofradía del Cristo de la Esperanza y director de la Residencia San Lázaro. Los políticos a veces fueron más cargas que cargos para un villafranquino que cree que su localidad dejó pasar muchas oportunidades como la de haber convertido el Convento de los Paúles en Universidad de Verano de la Complutense de Madrid y arrastra asignaturas pendientes como la de albergar una edición de Las Edades del Hombre a un año de celebrar el bicentenario de la provincia. “No hay puestos de trabajo. El polígono industrial no salió bien. Tenía que haberse convertido en una ciudad dormitorio de Ponferrada”, concluye. Si alguien quiere saber más de Villafranca del Bierzo, no dude en preguntarle a Luis Núñez del Blanco.

Núñez del Blanco cree que Villafranca dejó pasar oportunidades como la de haber sido Universidad de Verano de la Complutense y arrastra asignaturas pendientes como ser sede de Las Edades del Hombre

Con compañeros de servicio militar junto al cuartel, en el edificio que ahora ocupa el Parlamento de Galicia en Santiago

En un campamento (en el centro, el expresidente de la Junta de Castilla y León Juan José Lucas)

En su primera toma de posesión como alcalde de Villafranca del Bierzo. De pie, el entonces gobernador civil, Francisco Laína, luego famoso por ser Jefe de la Comisión Permanente de secretarios de Estado y de subsecretarios durante el 23-F

En la entrega del Premio Turista del Año de Villafranca del Bierzo

En una presentación de un libro de Ramón Carnicer (firmando la obra) junto a José Luis Yebra en la Librería Arriba y Castro

En vísperas de una Fiesta de la Poesía junto a Dalmiro de la Válgoma, Elena Quiroga, Luis López Álvarez y Antonio Pereira

En la Cooperativa Vinícola Villafranquina con Celso López Gavela y Demetrio Madrid, por entonces alcalde de Ponferrada y presidente de la Junta de Castilla y León, respectivamente

Saludando a Leopoldo Calvo Sotelo en presencia de Antonio Pereira y Demetrio Mato del Palacio

Recibiendo en Madrid los restos de Enrique Gil y Carrasco, procedentes de Alemania, un día de San Isidro, junto a Antonio López Ledo y Apolinar Sandes

Con Francisco Pérez Caramés, en la entrega del Premio de Periodismo Mariano de Cavia

Junto al obispo de Astorga, Antonio Briva Miravent, y el nuncio apostólico en España, Antonio Innocenti

Con Antonio Pereira y Úrsula Rodríguez, Cristóbal Halffter y Marita Caro y otros como Francisco Pérez Caramés, Narciso Yepes o Gumersindo González Marvá

En el cartel electoral de Alianza Popular para las elecciones municipales de 1983

En una comida junto a Manuel Fraga y Santos Cascallana

En la constitución de la Corporación de la Diputación Provincial de León en el mandato 1983-1987, bajo la presidencia de Alberto Pérez Ruiz

Con la Rondalla Villafranquina

Junto a Cristóbal Halffter y Marita Caro o Mar Palacio, entre otros, durante la inauguración de un busto por el centenario del nacimiento de Ramón Carnicer

Con Úrsula Rodríguez y el Marqués de Villafranca, Leoncio Alonso González de Gregorio y Álvarez de Toledo

Con Cristóbal Halffter y Marita Caro

Luis Núñez del Blanco, en una imagen actual en el Jardín de la Alameda de Villafranca del Bierzo

Luis Núñez del Blanco, en una imagen actual en el Jardín de la Alameda de Villafranca del Bierzo