
Número dos de la Policía Nacional en Ponferrada desde 2007, a Francisco Otero le ha tocado varias veces asumir de forma interina las funciones de comisario (en la imagen, atendiendo a los medios de comunicación locales por la festividad de los Ángeles Custodios): “Al final todo pasa por ti, pero tienes un equipo humano que responde”
Hijo de la emigración, Francisco Otero nació en Montevideo (Uruguay), a miles de kilómetros de distancia de Ponferrada, donde cubrió una carrera profesional de 44 años de servicio como policía nacional que se cerró el pasado mes de octubre. La capital berciana fue una elección de destino pensada como provisional por cercanía a Orense, adonde había regresado su familia tras la aventura americana. Pero se convirtió en definitiva cuando se fue arraigando a una tierra que ha sabido valorar el trabajo de las fuerzas de seguridad. “Siempre me sentí considerado. El ciudadano ponferradino trata a la Policía con aprecio y respeto”, dice.

Francisco Otero, saludando a Felipe González durante la campaña de las elecciones generales de 1982 en La Charola, en Villafranca del Bierzo. En la imagen también aparece algún compañero de Ponferrada como Enrique Llamas

Otero (a la derecha), en misiones de seguridad durante la visita de la Reina Sofía al Monasterio de Carracedo en 1991
Francisco Otero se jubiló el pasado mes de octubre tras casi medio siglo de servicio: “Siempre me sentí considerado. El ciudadano ponferradino trata a la Policía con aprecio y respeto”
Hay recuerdos de niño que son imborrables, vivencias como la de ir de la mano de su padre a ver al mejor Real Madrid de la historia jugarse la Copa Intercontinental contra el Peñarol de Montevideo en el Estadio Centenario en 1960. “Íbamos a las diez de la mañana y el partido empezaba a las cinco de la tarde. Y ya no había sitio. Allí son locos por el fútbol”, cuenta antes de relatar otra aventura emocionante como la de viajar con apenas 9 años de edad 16 días en barco de vuelta a España con escala en Río de Janeiro, donde visitó la playa de Copacabana y el Cristo del Corcovado. Con familiares todavía en Montevideo, en 2013 regresó para revivir aquella experiencia de la infancia.
Su familia volvió a Orense, donde su padre regentaba un bar. “De aquella no había muchas salidas: maestro o policía; o ir a estudiar a Santiago para los que tenían medios”, señala Otero, que preparó la oposición al Cuerpo General de Policía, ingresó en el año 1974, pasó un año en la Escuela de Policía de Madrid y llegó destinado a Ponferrada en julio de 1975. “El trabajo era muy artesanal: sin coches, sin transmisiones, con pocos medios, patrullábamos a pie y de noche. Era muy complicado”, dice sobre unos tiempos que deparaban anécdotas como las de ir andando a resolver un robo en Cuatrovientos… y cruzarse de camino con el ladrón. A falta de Policía Municipal de noche, también se atendían en esas horas vacantes los accidentes de tráfico.
Inspector jefe del Cuerpo General de Policía (popularmente conocida como la ‘secreta’), trabajaba de paisano en la antigua Comisaría de la Calle La Paz. La Policía Nacional llegó en el año 1978 de la mano del entonces ministro del Interior, Rodolfo Martín Villa. Los cuerpos se acabaron unificando. Y desde 1986 operaba ya de uniforme. “De paisano tenías que identificarte. Con el uniforme ya era otra presencia, una forma de trabajar mucho más cómoda y más segura”, dice al tiempo que relata la incorporación de medios técnicos como las transmisiones en los coches o el teléfono de urgencias 091. Más de un centenar de agentes trabajaban entonces en Ponferrada, que en 1993 estrenó la actual Comisaría, anexa a los Juzgados.

Como comisario en funciones, en una celebración del patrón del cuerpo en la Basílica de la Encina, flanqueado por la alcaldesa de Ponferrada, Gloria Fernández Merayo, y el presidente del Consejo Comarcal del Bierzo, Gerardo Álvarez Courel

Con un helicóptero durante el Mundial de Ciclismo de Ponferrada
Trabajó de paisano hasta la unificación del Cuerpo General de Policía (la ‘secreta’) con la Policía Nacional: “De paisano tenías que identificarte. Con el uniforme ya era otra presencia”
Por el medio hubo comisiones de servicios en distintos puntos de España. “Unas las pides y otras te obligan”, narra para citar destinos “más o menos forzosos” como los del País Vasco o Navarra en los ‘años del plomo’. La historia del país se entrecruza también en estas comisiones como en el Congreso de la UCD (Unión de Centro Democrático) que escenifica la soledad de Adolfo Suárez en Palma de Mallorca en febrero de 1981, previa su dimisión y al golpe de Estado del 23-F; o en el Mundial de Fútbol de 1982 en Bilbao, con la violencia callejera tratando de desacreditar a un país que se despojaba de la dictadura y hacía frente al terrorismo de ETA mostrando su mejor cara, una tarjeta de presentación rota para los aficionados franceses o ingleses que llegaban al viejo San Mamés y sufrían encerronas a la salida del estadio.
No hizo falta salir de la tierra para vivir otros momentos históricos como una visita de Felipe González a Villafranca del Bierzo en la campaña electoral que lo aupó a la Presidencia del Gobierno en 1982 precisamente tras la debacle de la UCD, la desarticulación de un comando de los Grapo en Corullón en 1985 o la cobertura de otro Mundial, el de Ciclismo de Ponferrada de 2014, un reto para las fuerzas de seguridad que aprobaron con nota alta sin incidentes reseñables. Otero se jubiló en octubre del año pasado. Quedan algunas espinas, como la no resolución del caso de varias agresiones sexuales ocurridas en 2013 en Ponferrada, una zona tranquila con el hándicap de ser lugar de paso. “Al principio había muchos delitos contra la propiedad que cometían delincuentes de aquí. Por la forma ya sabías quién había sido. Ahora es más complicado porque hay muchos delitos y estafas por la red que se hacen desde lejos”, explica, antes de remarcar funciones actuales como las charlas en los colegios o asistencias de diverso tipo: “Aparte de la labor preventiva, se presta mucha atención humanitaria”.
Número dos de la Comisaría de Ponferrada desde que en 2007 accedió al cargo de jefe de Seguridad Ciudadana, le ha tocado asumir las funciones de comisario en varias ocasiones de forma interina. “Al final pasa todo por ti, pero hay un equipo humano que te responde”, dice al hacer repaso de una carrera que también incluyó servicios de coordinador de seguridad de la Ponferradina durante ocho años a caballo entre Fuentesnuevas y El Toralín. Licenciado en Derecho por la UNED, este gallego de origen y uruguayo de nacimiento se fue haciendo berciano. ¿Cómo ve a Ponferrada y al Bierzo? “La ciudad ha crecido mucho, pero no ha sabido y podido reconvertirse. Hay otras ciudades que no han tenido minería y viven y funcionan”, responde Otero, que se reafirma ante la pregunta de si volvería hoy a ser policía, un oficio que en sus comienzos no entendía de horarios ni de libranzas: “Trabajábamos permanentemente todo el año hasta que llegaban las vacaciones de verano”. Ahora toca disfrutar de la jubilación.
Al principio había muchos delitos contra la propiedad que cometían delincuentes de aquí. Por la forma ya sabías quién había sido. Ahora es más complicado porque hay estafas por la red que se hacen desde lejos”

De niño, en el colegio, en Montevideo

De primera comunión, en Montevideo

Volvió en 2013 a Uruguay para recordar las vivencias de la infancia

Con un familiar, Armando, que llegó a jugar en el Primera División de Uruguay, en el Estadio Centenario de Montevideo, donde Francisco Otero vio de niño jugar al Real Madrid de Di Stéfano contra el Peñarol de Montevideo

Con sus nietos Alejandro y Sofía

Recibiendo condecoraciones en el día del patrón, en este caso de manos de la entonces teniente de alcalde de Ponferrada Amparo Vidal

Recibiendo una condecoración de manos del actual comisario, Miguel Ángel Martínez Redondo

Con su esposa, Gloria Conde

En la actualidad, fotografiado en el Parque de la Concordia, junto al río Sil