Nos cita en ‘A por huevos’, en la calle General Vives de la capital berciana. Llega acalorada, ha tenido una mañana ajetreada, pero mientras se quita el abrigo y pide un godello nos regala una sonrisa de esas que desarman al entrevistador, un buen presagio. Poeta, periodista y profesora de todo el que quiera aprender a escribir en la comarca, Ester Folgueral se ha ganado a pulso un papel protagonista en el panorama literario y cultural gracias a su dinamismo y a su esfuerzo titánico por reinventarse. Hablamos del Bierzo, de poesía y de la admiración que siente por amigos y compañeros como Miguel Ángel Varela, Carlos Fidalgo, Noemí Sabugal o Sara Gallardo. “Si resolvemos primero la foto luego me quedo más relajada”, dice. Detrás de su elegantísima timidez se esconde una falta de vanidad poco habitual en el mundo de las letras.

Ester Folgueral y su amigo y alumno Javier González, dueño del ‘A por huevos’

Nació en Fuentesnuevas, “cuando era un pueblín con caballos, carros, sin coches y con muchísimos niños”. En el colegio público de su barrio despertaron su amor por la lectura, un idilio que comenzó escuchando declamar a Lorca y a Machado y que ya no terminaría nunca. “Había poco acceso a los libros y en mi casa no había ninguno”, sin embargo, “leía todo lo que pillaba” y es que “no hay nadie que quiera escribir que no haya sido primero un gran lector”. Ella es el ejemplo perfecto, “era tanta mi hambre de libros que cuando en verano heredaba los de texto me los aprendía antes de que empezara el curso, sobre todo el de literatura”, cuenta entre risas.

Con 18 años llegó a Madrid, donde se licenció en Periodismo por la Complutense. “Salí sin tener muy claro qué quería hacer”. Pasó por el Villa de Madrid, el Magisterio Español o El País. “Pero tenía un hándicap”, dice, y es que Folgueral arrastra desde los quince años un problema de oído que le ha llevado a perder casi el 90 por ciento de la audición. Tras diez años en Madrid “me fui a pique”, un nuevo problema de salud la apartó del periodismo. “Volví al Bierzo a recuperarme y luego ya no me sentí con fuerza para volver a Madrid a pelear de nuevo”. Unas vacaciones en Canarias acabaron durando ocho años. En las islas retomó brevemente el oficio trabajando para Canarias 7. “En un pleno me falló la grabadora y lo pasé tan mal que dije, esto se acabó”.

“El Bierzo está culturalmente muy flojo, resiste el teatro porque Varela trabaja por todos nosotros, detrás de todo lo bueno que se hace está él”

Se refería al periodismo, por supuesto, no a su pasión por la poesía. Regresó a su tierra y retomó la literatura demostrando su valía en obras premiadas como ‘La espada azul’ o ‘La memoria de la luz’. Asentada ya en Cacabelos, se recuerda “muy perdida” durante el primer tiempo. Desde entonces, ha ganado premios, ha sido columnista, ha participado en recitales, ha puesto en marcha talleres de dinamización de la lectura para niños y ha trabajado en cualquier cosa que saliera para ganarse la vida. Desde hace ocho años, ofrece clases de escritura creativa, “en las que intento aportar lo que yo sé y lo que yo soy”.

“El Bierzo no está aprovechado ni cultural ni económicamente, es un sitio de una inmensa riqueza, por eso duele más verlo así”, sostiene. “Resiste el teatro porque Varela trabaja por todos nosotros, detrás de todo lo bueno que se hace está él”. Y escarba en el pasado para diagnosticar el presente. “Históricamente solo han venido a saquearlo, no a invertir aquí”. ¿Su receta? “Habría que apostar por mejorar las vías de comunicación para luchar contra la despoblación, pero las aglomeraciones son más rentables, nadie ha hecho nada por revalorizar el territorio en el que estamos”. Ella seguirá ahondando en las entrañas de esta tierra “interminable” para convertir sus exuberancias y miserias en versos.

Ester Folgueral (izquierda) en el colegio público de Fuentesnuevas

Ester Folgueral en Fuentesnuevas

Ester Folgueral en el Valle del Silencio

Ester Folgueral, 1983

Ester Folgueral en Madrid

Ester Folgueral en Canarias

Ester Folgueral con un grupo de amigos entre los que se encuentran el periodista Carlos Fidalgo (primero por la derecha), el poeta Fermín López Costero (presidiendo la mesa) y, a su derecha, Nicanor García Ordiz

Ester Folgueral con Antonio Gamoneda

Ester Folgueral con un grupo de amigos entre los que se encuentran Miguel Ángel Varela, (primero por la izquierda), Noemí Sabugal (segunda por la izquierda) y Raúl Guerra Garrido (en el centro)

Ester Folgueral y Antonio Colinas

Ester Folgueral, Juan Carlos Mestre y Sara Gallardo

Con miembros de la Asociación Literaria La Celsa

Ester Folgueral con el equipo de periodistas de El Día de León