El verano del desconfinamiento fue para las sendas. Ahora que los paseos al aire libre lejos de las aglomeraciones de los cascos urbanos se prescriben como receta frente al coronavirus, Carracedelo puede presumir de una oferta de primer nivel. Furor ha hecho la ruta de los puentes colgantes entre Villadepalos y Villaverde de la Abadía (o viceversa), pero también se puede disfrutar de la conexión con Peón de Arriba o con Las Médulas pasando el camino por elementos patrimoniales restaurados como molinos, hornos o fuentes, así como por entornos singulares como el que deja a un lado el embalse de Campañana y al otro el Lago de Carucedo. Y ahora en otoño la postal berciana será todavía más espectacular.
El acondicionamiento de caminos confluye con recuperaciones como la de las fuentes de la Cimada y de los Caños, el Molino de la Pradera, hornos, lagares o la antigua Casa Rectoral de Carracedelo
La ruta más antigua y consolidada es precisamente la que une Carracedo del Monasterio con Las Médulas a través de un recorrido de 21,14 kilómetros de longitud. El acondicionamiento de los caminos confluye con recuperaciones patrimoniales como la de la Fuente de la Cimada, la Fuente de los Caños, el Molino de la Pradera, así como hornos y lagares o la talla del pescador, al margen de la restauración más ambiciosa, la que convirtió la antigua Casa Rectoral de Carracedelo en sede de los sellos de productos de calidad. La senda, que atraviesa el puente colgante de Villadepalos, sale del municipio hasta llegar a un mirador flanqueado por el embalse de Campañana y el Lago de Carucedo. Y por una pista se llega a Las Médulas, Patrimonio de la Humanidad.
Reducir al mínimo indispensable el paso por el asfalto es la premisa de las rutas diseñadas por el técnico de Deportes del Ayuntamiento de Carracedelo Chus Alonso. La que llega a Peón de Arriba, pueblo abandonado en proceso de recuperación, parte del entorno del Colegio de Villadepalos, pasa también por su puente colgante, por la conocida como ‘la cueva del Tobi’ y llega hasta Peón de Arriba con la posibilidad de enlazar con la Ruta de Las Médulas para regresar por una senda paralela al río al punto de salida tras cubrir un recorrido de 8,49 kilómetros de longitud.
De 11,88 kilómetros es la Ruta de los Puentes Colgantes de Villadepalos y Villaverde de la Abadía. Se trata de una senda circular que podemos comenzar en el entorno del colegio de la primera localidad, pasar por el entorno del campo de fútbol de La Barca (así denominado por estar en el punto en el que una barca cruzaba el río), atravesar el puente, dejar al Sil a la izquierda en un paseo rodeado de nogales, encinas y robles que en algunos puntos se estrecha hasta el punto de tener que seguir una fila india, llegar a las huertas de Villaverde y cruzar sus presas hasta llegar a su puente, ya muy cerca de las Barrancas de Santalla. Cruzando el río por el puente y cambiando ahora los robles por chopos se transita junto a hornos restaurados y operativos en Villaverde. El atractivo de los puentes colgantes es tal que este verano hasta han sido este verano escenario de rodaje de un cortometraje. Y es que las rutas de Carradedelo son de película.
Baja la premisa de reducir al mínimo imprescindible el paso por el asfalto se han diseñado las Rutas de los Puentes Colgantes, la de Carracedo a Las Médulas y la de Peón de Arriba

La ‘cueva del Tobi’, como recuerdo a un perro que quedó atrapado

Peón de Arriba

Ruta de Carracedo del Monasterio a Las Médulas

Castrelín de San Juan de Paluezas

Haciendo pan en uno de los hornos

La barca del puente colgante de Villadepalos

Señal de los molinos en la Ruta de los Puentes Colgantes

Talla del pescador en Villadepalos

Molino de la Pradera de Carracedelo