Recorte de Diario de León de febrero de 1984 con los profesores encerrados en Ponferrada. Los encerrados destacan el trato fluido que tuvieron en aquella reivindicación con los medios de comunicación

Hubo dos días de febrero de hace ahora 35 años en los que en el patio de la Sindical quienes jugaban al baloncesto y al voleibol no eran los alumnos, sino los profesores de Educación Física, protagonistas de un encierro para conseguir una ordenación de la asignatura con convocatoria de oposiciones y la equiparación salarial con el resto de compañeros. La presión, ejercida por el colectivo en todo el país, surtió efecto. Los convocantes lograron su objetivo. Dejaron de ser docentes de segunda, que cobraban la mitad por las mismas horas de trabajo. ¿Se consiguió quitar a la materia el cartel de ‘maría’? La respuesta ahí no está tan clara para los que echaron un pulso a la administración en esa movilización, que también admiten que aquel reconocimiento pudo ser el principio del fin de la ebullición del deporte escolar.

Tira cómica alusiva del dibujante y humorista Lolo en Diario de León

Recorte de Diario de León de la época con los profesores encerrados en Ponferrada

INEF (Instituto Nacional de Educación Física) era en 1984 una titulación tan particular que un titular de la época del diario El País la catalogaba como una facultad ‘travesti’: adscrita a la Universidad pero dependiente del Consejo Superior de Deportes, sus alumnos “reciben el título de licenciados, pero no son considerados como tales”, sus planes de estudio los fija Cultura, pero su futuro profesional lo decide Educación. “Es una vocación universitaria”, concluye la información periodística, “condenada a mirarse en los espejos del callejón del Gato”. Puro esperpento valleinclanesco en una España que, casi diez años después de la muerte del dictador, ya quería superar el pasado y mirarse en los espejos de los países modernos.

Fuera de metáforas literarias, aplicada a la cuenta bancaria de los profesores, la diferencia asusta. “Los profesores del resto de asignaturas cobraban 79.000 pesetas mensuales, mientras que los titulares de Educación Física recibían 47.000 y los auxiliares 31.000”, recuerda José Cruz Vega, uno de los alrededor de quince docentes que protagonizaron aquella medida de presión en el entonces denominado Ipove (Instituto Politécnico Virgen de la Encina), hasta el 89% del gremio de los centros públicos del Bierzo y Laciana. “La excepción”, escribieron en el comunicado con el que pusieron fin al encierro de 48 horas el 16 de febrero de 1984, “confirma la regla”.

Los profesores recibieron el apoyo hasta de colegas no afectados por la regulación como José Luis Domínguez Sevillano ‘Joe’, que había rechazado una oferta para ir a Vigo a trabajar y a jugar en Primera División de baloncesto para atender la de dar clase de Educación Física en el Colegio Diocesano San Andrés de Vega de Espinareda. Deportista con título de entrenador, pudo así acceder a la docencia de esta asignatura en un colegio privado que le reconocía las condiciones por las que luchaban sus compañeros de los centros públicos. Por la mañana iba a trabajar y por la tarde-noche se unía al encierro, como también lo hizo en similares circunstancias el recordado José Luis Sáez, profesor del Colegio Diocesano San Ignacio de Ponferrada y entrenador de halterofilia, precisamente una de las condiciones que rezaba la normativa de la época para poder dar clase de Educación Física.

Los profesores del resto de asignaturas cobraban 79.000 pesetas mensuales, mientras que los titulares de Educación Física recibían 47.000 y los auxiliares 31.000

Recorte de la época del diario El País

Recorte de la época de La Hora Leonesa

Los docentes bercianos fueron punta de lanza de aquellas movilizaciones, subraya otra de las protagonistas, María José Rodríguez ‘Pepa’, al recordar a colegas subidos a un andamio del Ministerio de Educación en una manifestación en Madrid para colocar una pancarta. El blanco de las críticas era el titular de la cartera, José María Maravall, a quien los pareados de las movilizaciones instaban a “coger el cabás”, señala uno de aquellos intrépidos manifestantes, Paco Díaz, que no sacó las oposiciones y se quedó una plaza “a extinguir” en la Sindical, donde en los últimos años ocupó cargos directivos, vedados a los profesores de Educación Física con la regulación anterior.

Parecidos fueron los casos de Juan Páez, que permaneció hasta la jubilación en el Instituto El Señor de Bembibre, o de Antolín Granado, que hizo lo propio en el Padre Sarmiento de Villafranca del Bierzo tras ejercer en Astorga y un paso efímero por el Álvaro de Mendaña, donde ganaron su plaza tras oposición Pepa y Cruz Vega. Eso mismo hizo Joe, que cambió su destino en Zamora por el Europa de Ponferrada, donde consumió sus últimos años de docencia en una asignatura que, en algunos análisis, no acabó de coger los galones pretendidos. “No es una ‘maría’, pero no se le dio el auténtico cambio que tenía que haber dado”, lamenta Cruz Vega. “Sí hubo un reconocimiento oficial; otra cosa es el reconocimiento social”, abunda Joe. “Hoy los compañeros están trabajando bien, con medios que no había, y son como uno más”, tercia Pepa.

Y es que de aquella faltaba apoyo, pero sobraba implicación. Cobraban la mitad, pero se redoblaban los fines de semana para, de forma altruista, promocionar el deporte escolar, hoy reducido al mínimo. ¿Fue aquel logro el que convirtió a los profesores de Educación Física en funcionarios con horario de lunes a viernes? “Eso fue mucho más tarde. Nosotros colaborábamos por el espíritu que teníamos”, responde Paco Díaz sin obviar que el escenario ha cambiado con la proliferación de clubes y escuelas deportivas municipales, donde precisamente no es raro que ejerzan licenciados en INEF que le deben mucho a un puñado de profesores que hace 35 años se encerraron para conseguir dar un salto en sus condiciones laborales.

¿Se consiguió que la asignatura dejara de ser considerada una ‘maría’? “No es una ‘maría’, pero no se le dio el auténtico cambio que tenía que haber dado”, lamenta José Cruz Vega

Comunicado suscrito por profesores de Educación Física del Bierzo y Laciana al dar por levantado el encierro 

De izquierda a derecha, José Luis Domínguez Sevillano ‘Joe’, Paco Díaz, José Cruz Vega, María José Rodríguez ‘Pepa’, Juan Páez y Antolín Granado, varios de los protagonistas de aquel encierro reunidos 35 años después para este reportaje