Pobre del pobre que hoy, además de serlo, tiene que parecerlo. Las imágenes estereotipadas de la pobreza conducen en ocasiones a relativizar el sufrimiento y a juzgar las decisiones de los más necesitados. Así lo explica Fernando Frá, administrador del Comedor Social de Ponferrada y antes del Hogar del Transeúnte de San Genadio desde su nacimiento en la década de los noventa. “Antes el pobre era el que estaba en la calle, ahora es cualquiera, personas que no pensarías nunca que podrían venir aquí”, cuenta.

Fernando Frá
‘Ponferrada abre un gran comedor social para paliar el auge de necesitados’, titulaba el Diario de León el 2 de febrero de 2010. El llamado comedor del centenario, instalado en el número cuatro de la calle Paraisín y construido en parte gracias a los donativos recaudados durante la peregrinación de la Virgen de la Encina por la comarca en 2008 para celebrar los 100 años de su coronación, venía así a dar solución a una realidad lamentable. Según afirma Frá, el número de personas que acudían a las instalaciones aumentó considerablemente durante los primeros años de la crisis, “ahora se ha estabilizado, pero tampoco ha mermado, damos aproximadamente cuarenta comidas, cuarenta cenas y sesenta comidas para llevar al día”.
“Hoy hay más familias, muchas de ellas con niños”, explica Frá. Por eso hace años que tomaron una decisión, “pensamos que ningún niño tiene porqué venir a un comedor social o saber de dónde viene su comida si sus padres no se lo dicen, le puede hacer mucho daño, así que lo padres viene aquí y se llevan la comida en un táper para casa”.
Dos voluntarias preparan en la cocina un menú completo de dos platos y postre. “El Bierzo es muy solidario, ayuntamientos, sociedades, equipos de fútbol y supermercados echan una mano enviando comida”. Maite García lleva seis años colaborando, “a veces traigo a mis hijos para que me ayuden a servir, tiene 18, 22 y 24 años y les ayuda a concienciarse”, dice. Neli comenzó a hacer voluntariado dando clases de español para extranjeros y desde julio acude un día a la semana a cocinar en el comedor, “la experiencia es completamente diferente, pero muy gratificante en ambos casos”.
En estas fechas se prepara un menú diferente pero el número de asistentes no aumenta. “Viene más gente en la época de las manzanas, de la vendimia, los temporeros llegan de fuera a trabajar y vienen a dormir aquí”, aclara. El primer piso está preparado para dar cobijo a 20 personas, “aunque no suele estar lleno, se usa más el comedor que el alojamiento”.
La pobreza es un problema social agravado y cronificado que requiere políticas de justicia social que no debe sustituir la caridad. No obstante, la conciencia y la solidaridad ejercida de igual a igual enriquecen a quien las practica. Frá es el ejemplo, “el comedor me ha dado mucho más a mí que yo a él”.

Voluntario del comedor social de Ponferrada

Camas del Hogar del Transeúnte San Genadio en Ponferrada