Dejad que los niños se acerquen al museo. La campiña inglesa y la conejera de Petter Rabit, pitufilandia, el paleolítico, la antigua Roma, o las viñetas de Snoopy y Carlitos. En el Museo Marca de Cacabelos no hay límites. Cada sábado desde 2013 transforma sus dependencias, cambia los decorados y prepara los materiales para ofrecer a los más pequeños una experiencia única. Silvia Blanco, al frente de la institución desde hace ocho años, se esmera por construir mundos para que ellos los descubran. Hoy son diminutos aventureros en busca de los tesoros que esconde el antiguo Egipto. Armados con palas, prismáticos y mapas, rescatan y catalogan antigüedades perdidas. Pintan también un relieve de Ankesenamon, la reina perdida que protagoniza la última exposición de un museo que ha dinamizado la vida cultural del Bierzo gracias al buen hacer de su directora.
“Vienen niños de Ponferrada, de Bembibre, de Villafranca, incluso de Astorga y de León, poco a poco vemos que el núcleo de acción que empezó en Cacabelos se abre, y eso te anima”
Las recetas de Blanco son infalibles, trabajo y perseverancia. Atenta a cualquier detalle, organiza con mimo unos talleres que ya tenía contemplados cuando llegó a Cacabelos. El objetivo es quitar el miedo a los museos, hacerlos accesibles. Reconoce que la etiqueta de arqueológico imprime un carácter tan formal que puede echar para atrás a los menos doctos. Pero aquí hay sitio para todos. “Cuando empezamos igual venían solo dos niños, pero nunca cancelamos, siempre pensé que tenía que cuajar, pero no hay una varita mágica”, cuenta. Hoy completan aforo. “Ahora vienen niños de Ponferrada, de Bembibre, de Villafranca, incluso de Astorga y de León, poco a poco vemos que el núcleo de acción que empezó en Cacabelos se abre, y eso te anima”.

Talleres infantiles en el Museo Marca de Cacabelos
En el Marca los niños aprenden como a Blanco le hubiese gustado hacerlo, jugando. “Hay que hacer los conceptos fáciles, acercar las diferentes disciplinas artísticas de forma sencilla, la creatividad es vital para los niños”. La misma fórmula sirve para los adultos. “Hemos tenido gente de noventa años que no sabe ni leer ni escribir”, explica, y es que para entender el arte basta con mirar. Reconoce que hay una edad complicada. “A partir de los 12 y hasta los 18 o veinte los perdemos, dejan de venir pero luego vuelven y si ha habido trabajo previo se nota muchísimo”.
En los talleres para bebés, experimentarán con texturas, olores, sabores y colores
Los talleres para bebés son la nueva apuesta del Marca. La idea es crear para ellos una experiencia artística y darles libertad para explorarla. “Principalmente experimentaremos con el tema sensorial, texturas, olores, sabores y colores”, explica. “La experimentación evoluciona a medida que el bebé adquiere nuevas habilidades: hacer la pinza con los dedos y coger cosas más pequeñas, coger utensilios y manejarlos con soltura, hacer trasvases de sólidos y líquidos, etc”.
“El panorama cultural del Bierzo es desolador, se hacen pocas cosas con un campo tan grande por explorar. Necesitamos trabajar y que los políticos apoyen, si ofreces un producto de calidad el público responde”. Tal vez estos pequeños aventureros descubran lo que hay que hacer con esta tierra.

Talleres infantiles en el Museo Marca de Cacabelos

Talleres infantiles en el Museo Marca de Cacabelos

Talleres infantiles en el Museo Marca de Cacabelos

Talleres infantiles en el Museo Marca de Cacabelos