
El homenaje a Ángeles Bello Vidal tuvo lugar en el Centro Cívico de Dehesas
Ángeles Bello Vidal fue desde su llegada en septiembre de 1996 al Colegio Público Las Alamedas de Dehesas (Ponferrada) la maestra Geli, la que impulsó los cuentos viajeros, la que encandiló a los niños hasta meterse en el bolsillo a sus padres, la que no vaciló en reclamar mejoras laborales y mayores recursos didácticos; la misma que ahora se retira sin todavía ver cumplidos anhelos como el de contar con un videoportero y la que cada jornada se despedía de sus compañeros con un reconstituyente “hasta mañana, corazones”. El acto de homenaje por su jubilación, un torrente de cariño de la comunidad educativa que desbordó la capacidad del salón de actos del Centro Cívico de la localidad, se convirtió en una reivindicación en toda regla de la escuela pública.
- Dio sus primeras lecciones en Quintana de Fuseros en el año 1983-1984. Pero es posible que su destino empezara a escribirlo su abuelo materno, Enrique Vidal Oviedo, maestro en su día en Lombillo de Los Barrios del luego ilustre académico Valentín García Yebra que fue asesinado en septiembre de 1936. Propietaria provisional de una plaza sin destino desde su primera experiencia laboral, pasó también por distintas aulas y cursos en Villaseca de Laciana, La Robla, Almázcara, La Borreca, Flores del Sil y Sobradelo de Valdeorras hasta asentarse en el Colegio Las Alamedas de Dehesas, donde acaba de jubilarse tras 35 años de servicio. Se despide con pizarras digitales pero sin apenas árboles, una de sus principales reivindicaciones. “Siempre he podido trabajar con libertad y con toda la colaboración de los padres”, subraya antes de resumir en una cita sus ideales: “Quiero una escuela pública de calidad para todos, en la que los niños crecen desarrollando sus capacidades y viendo la diversidad no como un problema sino como un valor enriquecedor”.
“Nunca olvidéis lo importante que es tener un colegio en vuestro pueblo”, les dijo Geli a los presentes en un texto leído por su hija para contener una emoción que se desató al final del acto en el escenario con los niños que han crecido bajo su mirada. Consciente de que la administración no ve caras sino ratios, remarcó que el objetivo no debe limitarse a mantener con vida al centro. “Hay que conseguir un colegio mejor”, apostilló ahora que sus responsables se marcan retos como repescar un proyecto de replantación de árboles o dotar a las instalaciones de un “patio cubierto en condiciones”. “Y queremos contar con ese videoportero tan ansiado”, enfatizó su directora.
El acto también fue una retrospectiva de una carrera profesional que comenzó en Quintana de Fuseros (Igüeña), como recordó una de aquellas alumnas del curso 1983-1984 inmortalizada en el retrato colectivo del fotógrafo Magín Núñez, convertido por Geli en el duende que guio el camino por el que hace seis años transitaron sus niños de Dehesas en el cuento viajero dedicado a los árboles singulares del Bierzo y Laciana. Fue uno de los hitos de un proyecto didáctico que también peregrinó por las etapas del Camino de Santiago y el Camino de Invierno y el río Sil y sus afluentes hasta implicar a las familias en el conocimiento de los tesoros que guarda el medio natural de la comarca. “Trabaja mucho con los niños para que te quieran sus padres”, le había dicho su madre cuando empezaba una carrera también peregrina por distintos puntos del Bierzo, Laciana y Valdeorras hasta asentarse en Dehesas, donde le ha llegado la jubilación.
El agradecimiento de la comunidad educativa del Colegio Las Alamedas se testimonió en una catarata de intervenciones que dibujaron el perfil profesional de Geli con un trazo característico. “No conozco una maestra que luche tanto por defender la escuela pública”, se dijo en una de las intervenciones mientras en otra se concretaba ese postulado en su implicación para reivindicar derechos laborales y recursos didácticos o para prestar apoyos puntuales a alumnos. Es por ello por lo que el homenaje a su persona se articuló como un alegato a favor de su causa, la de la educación pública, con recuerdos a referentes personales y profesionales como el del maestro fallecido Basilio Saá Rodríguez.
El reconocimiento fue una secuencia de discursos, agradecimientos y lágrimas que se cerró cuando las distintas hornadas de alumnos de Infantil que han pasado por sus manos salieron al escenario. Geli también subió para componer la foto de la jornada. Llegaron los regalos y sus palabras de agradecimiento que terminaron con un “hasta luego, corazones”, su última lección.

Ángeles Bello Vidal, en su primer destino, con alumnos de Quintana de Fuseros