El teatro como herramienta para derribar muros, para comprender el mundo y para luchar contra los estigmas. En 2014, el Ceas (Centro de Acción Social) de Vega de Espinareda, puso en marcha un taller de artes escénicas para personas con enfermedades mentales. La iniciativa fue todo un éxito. Desde entonces, un grupo de entre 7 y 9 personas del municipio acude cada miércoles a ensayar, llueva o truene. “Tienen un concepto de grupo tremendo, demuestran un gran respeto hacia los compañeros y hacia el trabajo, una gran dedicación”, cuenta su profesor, José Luis García Alejandre. Desde el Ayuntamiento explican, “la idea surgió de la necesidad de crear un recurso para estas personas y sus familias y ahora nos lo siguen demandando”.

Taller de teatro para personas con enfermedades mentales en Vega de Espinareda

Alejandre, o Álex, como todo el mundo lo conoce, forma parte de la compañía El Canal y lleva más de 30 años dedicándose al teatro. Aun así, reconoce, cuando le propusieron impartir el taller “supuso un reto, era una incertidumbre”. Sin embargo, dice, “está siendo una de las experiencias más interesantes para mí en el campo de la pedagogía teatral, desde el principio fue muy satisfactorio”. Alumnos y profesor han creado una sinergia, un sentido de comunidad, que ha multiplicado los efectos positivos del proyecto. El primer año el curso culminó con una representación “pero la presión para algunos fue demasiado” y reenfocaron el trabajo hacia los cortometrajes. “Ellos participan en la elaboración de los guiones y revisan cada grabación, así trabajan más relajados”.

“Les ha ayudado a adquirir habilidades sociales, a aumentar su autoestima y a sentirse parte de una sociedad que parece que a veces les excluye”

“La idea me gustaba, no lo había probado nunca y me animé”, declara Luis Cubeto, uno de los alumnos. “Al principio te ponías nervioso o te quedabas en blanco pero ahora estamos muy contentos”. Lo que más le gusta, dice, son las excursiones para grabar con todos sus compañeros, “fuimos al castaño milenario y a la palloza de Pereda, hicimos un cortometraje sobre el pueblo y sus costumbres que se llama El Viaje y de momento seguimos, nos queda la tercera parte”. El trabajo es exhibido al final de cada curso en la Casa de la Cultura de la localidad. “Nos hace ilusión, mucha gente nos dice que estuvimos muy bien”, relata Cubeto. “Lo mejor es estar con los compañeros y ver el trabajo hecho en la pantalla”.

“Les ha ayudado a adquirir habilidades sociales, a aumentar su autoestima y a sentirse parte de una sociedad que parece que a veces les excluye”, argumenta Alejandre. El teatro incrementa su capacidad de expresión y de compresión. “Su trabajo forma parte de la sociedad y que este trabajo sea valorado es muy importante”. No solo ellos se enriquecen con la experiencia, también Alejandre crece y se sorprende cada día. “No existe la más pequeña rencilla entre ellos, no hay la menor competitividad, es un trabajo de grupo, es algo impresionante”.

Según los últimos datos del INE (Instituto Nacional de Estadística) en los últimos diez años se han triplicado los ingresos provocados por los trastornos mentales. La concienciación y la sensibilización son vitales, crear espacios y lugares de encuentro, batallar contra las etiquetas y reflejar la diversidad a través del teatro.