Ya lo intuíamos. El Bierzo es más que tierra de romanos, eremitas y templarios, más que viñas y matanzas, más que carbón y árboles frutales. “Hay muchos Bierzos y uno de Tremor, pegado a Omaña, no se siente gallego”. Pero quizá uno de Castañeiras sí lo haga. Por eso Alejandro Díez González, de madre toreniense y padre de Riaño, habla en su página, La Senda del Hayedo, de Cordillera Cantábrica. Amante de la escritura y de la montaña, Díez lleva 12 años tirando de mapa y de caminos para luego contarlo. Recorriendo brañas, cuetos y pandos, como diría Luis Mateo Díez, colinas escarpadas y peñascosas, llanos e inabarcables bosques de hayedos y robledales, de castaños, describiendo paisajes de frondoso brezo y tierras negras como el carbón que esconden. Con información tan exhaustiva que sirve tanto para el viajero en busca de aventura como para el turista que espera un paseo bonito y un lugar donde comer, Díez ha pasado de describir las rutas a ahondar en la etnografía de la zona, en su idiosincrasia, leyendas y toponimia.

Alejandro Díez, autor de La Senda del Hayedo, en los montes bercianos.
“Se han impulsado lugares como las Médulas pero se han dejado de lado otros como Fornela que tienen muchísimo potencial, o el Alto Sil, que tendría que ser un parque nacional”. Y es que, dice, hay vida más allá de los yacimientos romanos, el Hayedo de Busmayor y Peñalba de Santiago. “Primero tenemos que ser nosotros los que conozcamos nuestra geografía y nuestros recursos y los bercianos no conocen El Bierzo. Ahora hay tres sitios punteros, pero para sacar rentabilidad económica del turismo hay que ir más allá”. ¿Se podría vivir solo del turismo? “No, los doce meses del año es muy difícil, pero sí tiene que ser un elemento clave”.
“Galicia gestiona bien sus recursos y en El Bierzo ha habido mucho cafre”
De las cuencas, dice, “se sacó el carbón y no se hizo nada más, aunque hay que ser positivo. En Igüeña, por ejemplo, están poniendo en marcha iniciativas muy interesantes”. Hay otros proyectos siempre en boca de alguien pero que parece que ya nacen muertos. “Llevan años hablando del Ponfeblino y no se hace nada, ¿por qué no se hace una senda verde para ciclistas como la Senda del Oso en Asturias?”. Querer no es solo alabar, convendría también mimar lo nuestro. “Cuando atraviesas Ancares y luego pasas a Galicia, la diferencia de cómo está cuidado allí es brutal, y luego la gente piensa que Ancares es Lugo. En septiembre fui a Teixeira por primera vez y me encantó, pero también me dio pena ver su arquitectura tradicional destruida. No es un pueblo turístico, ¿para qué van a ir a verlo si hay otros pueblos en Lugo que lo tienen todo perfecto? Galicia gestiona bien sus recursos y en El Bierzo ha habido mucho cafre”.
Navegar por La Senda del Hayedo es descubrir Librán, Salentinos, La Tebaida, Valdeprado, Primout o Palacios del Sil, pero también Babia, Picos de Europa, Mampodre o el Alto Bernesga. “Entre El Bierzo y otras partes de León hay diferencias y similitudes”, pero lo mejor es no dejar que te las cuenten, “viajar por la provincia y por la comarca para que las decisiones no se tomen desde un despacho”. La Senda del Hayedo avanza, de momento, con Carabiella, una tienda de recuerdos de la Montaña de Riaño que espera ampliar. Quizá la página se convierta pronto en una web de turismo rural, pero Alejandro seguirá caminando, “ahora tengo pendiente Oencia y el valle del Río Selmo, pero me quedan tantas cosas por conocer de la provincia que no creo que me dé tiempo en esta vida”.

Alejandro Díez, autor de La Senda del Hayedo, en los montes bercianos.

Alejandro Díez, de niño, en los montes bercianos.

Alejandro Díez en El Bierzo