Hay bercianos de la diáspora como Rycardo de Paz que llevan tan dentro su comarca que nada más hay que pasarse frente a su casa para constatarlo. Y es que, si te criaste en la Ponferrada posindustrial jugando todavía cerca de la estación de la Minero, creciste en los patios de colegios e institutos de la zona con un balón bajo el brazo y te lanzaste al mercado laboral montando el laboratorio de fotografía del semanario Bierzo 7, el terruño te marcará. Así será por mucho que luego maduraras en la Barcelona preolímpica, prolongaras tus vínculos con el baloncesto en un ilustre como el Joventut de Badalona o te consagraras profesionalmente mientras los periódicos daban el salto de lo analógico a lo digital como jefe de la sección de Diseño del diario El Mundo en la ciudad condal. Y como la evocación nostálgica no tiene por qué tender hacia la percepción idílica, insta a su tierra a dejar de lamerse las heridas y encarar el futuro apenas mirando al pasado para saldar deudas con una pionera.

En primer plano, en un partido amistoso en Lugo, con Tony Iglesias (1987).
Convencido de que “había una diferencia que subsanar”, siempre entrenó a equipos femeninos. La brecha es todavía una “asignatura pendiente”: “Las mujeres son profesionales por dedicación, pero no por retribución”
El abuelo paterno de Rycardo (la ‘y’ viene de un error administrativo en una renovación de documentos), Antonio de Paz, fue uno de los fundadores de la Minero Siderúrgica de Ponferrada. Su nieto se crio precisamente con los terrenos e infraestructuras de la histórica empresa como un gran campo de juegos: entre vías y vagones de carbón de la línea hasta Villablino. Y por el ‘Camino Negro’ hasta la Montaña de Carbón transitaron sus primeras salidas en bici, que pronto aparcó para hacer girar su vida en torno a un balón de baloncesto. Lourdes Baragaño y Rafa Cascante ‘Indio’ fueron sus entrenadores en el Colegio La Asunción hasta enrolarse en el Basket Bierzo, donde tomaron el relevo Suso Pascual y Nacho Gutiérrez. Allí, bromea, no pasó de ‘eterna promesa’. “Me prometían que iba a jugar muchos minutos…”, ríe para explicar cómo acabó en los banquillos. Cuando surgió el Basket Mendaña, Rycardo de Paz ya compartía funciones técnicas con Tony Iglesias bajo la dirección de María José Rodríguez ‘Pepa’.
“Nos lo tomábamos muy en serio. Y teníamos una máxima: aprender, aprender y aprender”, cuenta al citar viajes a León para “vampirizar” conocimientos de técnicos como Pepe Estrada, Hansi Rodríguez, Marisa Barrientos, Tito Sobrín o Vázquez sin obviar otros más largos como a Cataluña para disputar amistosos. En los patios convertidos en pistas tocaba tirar de escoba para barrer el agua si llovía o de pala para quitar la nieve si nevaba. Él siempre dirigió equipos femeninos con la idea de que había “una diferencia que subsanar”. Tony Iglesias y Rycardo de Paz eran inseparables hasta que en el verano de 1989 el primero se fue al cuerpo técnico del Elosúa León y el segundo se marchó a la sección femenina del Joventut de Badalona.
Así fue como se afincó en Barcelona en vísperas de los Juegos Olímpicos de 1992, en cuya organización se involucró como ‘gestor de flota’ para la distribución de vehículos durante dos semanas apasionantes con acceso a hitos irrepetibles como ver al Dream Team estadounidense. En un sueño vivía el Joventut cuando tuteaba al Real Madrid y el Barcelona. Rycardo llegó a dirigir el primer equipo femenino. La brecha entre los sexos que se había propuesto limar todavía hoy es una “asignatura pendiente”. “Las mujeres son profesionales por entrega y dedicación, pero no por retribución”, lamenta para apostar por recetas más educativas que legislativas como remedio.
Fue primero fotoperiodista en Bierzo 7, donde montó el laboratorio en las oficinas de General Vives. Luego vivió la transición de la foto analógica a la digital como jefe de sección de Diseño de El Mundo en Barcelona

Primer año en el Basket Bierzo, Suso Pascual como entrenador (1983)

Con Basket Mendaña (1985)

En el curso de entrenador en León, con Hansi Rodríguez y Tony Iglesias (1986)
La pasión de “jornadas inacabables” en El Mundo terminó el enésimo día en que, al grito figurado de ‘paren las rotativas’, hubo que tirar el trabajo a la basura a última hora y se vio pensando ‘la que se nos viene encima’
Antes de la llamada de la Penya, De Paz ya había hecho su primera incursión en los medios de comunicación. El por entonces director de Bierzo 7, Daniel Fernández Cuadrillero, le confió las labores de fotografía. “Se hacía un gran trabajo con pocos medios”, ensalza al recordarse montando el laboratorio fotográfico en las oficinas del semanario en General Vives. Paralelismos de la vida, tras estudiar Diseño Gráfico y montar su propio estudio al dejar en 1993 el baloncesto, le tocó en los albores del siglo hacer la transición de la fotografía analógica a la digital a la hora de plasmarla en la maquetación del diario El Mundo, donde trabajó hasta 2012.
Rompedor en los temas (“fue ejemplar en la lucha contra el terrorismo de Estado”, destaca), el periódico dirigido por Pedro J. Ramírez también lo fue en las formas hasta ser repetidamente galardonado por su diseño. De Paz se encargaba desde Barcelona de la maquetación diaria, las infografías (a las órdenes del también berciano Mario Tascón) y la imagen corporativa. La pasión de “jornadas inacabables” terminó el enésimo día en que, al grito figurado de ‘paren las rotativas’, hubo que tirar el trabajo a la basura a última hora y se vio pensando ‘la que se nos viene encima’ rodeado de gente joven que sentía la misma “adrenalina” que él en sus comienzos. Volvió a despedirse del periodismo, pero no de la comunicación, para estrenar ‘Vínculo Visual’. Y llamó a la puerta de empresas con ideas vanguardistas como que el propio autor contara en un vídeo el epílogo de su obra. “No conseguimos estabilizarlo. Eran tiempos de crisis. Pero yo pienso que es precisamente ahí cuando hay que ser más arriesgados”, sentencia.
“El Bierzo tiene un gran potencial desde muchos puntos de vista: paisajístico, gastronómico. Pero se lo tiene que creer… No sirve de nada quejarse de que la transformación industrial no se hizo bien”
La crisis económica unida a la del carbón estaba, paralelamente, haciendo mella en su comarca de origen. “Pero no sirve de nada quejarse de que la transformación industrial no se hizo bien. El Bierzo tiene un gran potencial desde muchos puntos de vista: paisajístico, gastronómico… Pero se lo tiene que creer”, proclama poniendo al deporte como espejo al alabar la gestión de la Deportiva Ponferradina o el Ciudad de Ponferrada y huyendo de nuevo de la nostalgia cuando se le pregunta por la edad de oro del baloncesto berciano: “La mejor época es ahora con el trabajo que hacen Embutidos Pajariel, Ciudad de Ponferrada y el 6,25”.
Claro que nada nace por generación espontánea en una tierra en la que una mujer “lleva kilómetros de gestión deportiva” sobre sus piernas. “El deporte del Bierzo le debe un gran homenaje a Pepa. Lo que ella ha hecho no lo ha hecho nadie. Fue jugadora de fútbol y luego alcanzó hitos en baloncesto, gimnasia rítmica o natación siendo un ejemplo de eficacia en la gestión. Yo creo que se merece que una instalación lleve su nombre”, asegura Rycardo de Paz, que ahora trabaja en el equipo de marketing de un grupo inmobiliario. Maragato por rama materna, se enorgullece de haber puesto su firma a la marca del Museo de la Catedral de Astorga, mientras aspira un día a hacer lo propio con el cartel de las Fiestas de la Encina. Mientras tanto, en su casa de Badalona, seguirá ondeando la bandera del Bierzo.
“Lo que ha hecho Pepa no lo ha hecho nadie. Fue jugadora de fútbol y luego alcanzó hitos en varios deportes siendo un ejemplo de eficacia en la gestión. Yo creo que se merece que una instalación lleve su nombre”

Con Tony Iglesias y Lou Carnesecca, entrenador de St. John’s University en el Torneo Ciudad de León (1985)

Con el Basket Mendaña (1986)

En la estación de tren de Ponferrada, camino de un torneo en Sabadell (1987)

Equipo cadete del Basket Mendaña (1987)

En el Ausias March, antiguo pabellón del Joventut, con el equipo del Basket Mendaña (1987)

En el Campus del Colegio Espíritu Santo (1988)

Torneo de Reyes de Ponferrada (1988)

En uno de los campus de verano del Joventut en la Universidad Laboral de Tarragona (1988)

Primer equipo del Joventut como entrenador (1989)

En la preparación de la foto oficial del primer equipo de Joventut, con Herb Brown como entrenador (1989)

Con el equipo de 1ª B del Joventut, en el primer año en la categoría

Con los compañeros de Bierzo 7, en la etapa de Daniel Fernández Cuadrillero como director (1988)

Grabando a Ana María Matute, con sus socios de Vínculo Visual (2012)

En una sesión de trabajo (2014)

Rycardo de Paz, en una imagen actual, en su rincón de trabajo / Foto: Nil de Paz