La pandemia obligó a estirar el último mandato de Mar Palacio al frente del Instituto de Estudios Bercianos (IEB). “Ha habido buenos y malos ratos”, admite en referencia a una etapa que se abrió en diciembre de 2003 y se cerró hace unos días, si bien seguirá formando parte del equipo liderado por su sucesora, Patricia Pérez Bruzos. La crisis sanitaria también condicionará el regreso de uno de sus sellos en la gestión: la agenda de viajes culturales. “Será de lo último que se pueda recuperar”, reconoce todavía con el grato recuerdo de desplazamientos como el que se produjo en junio de 2007 a Toledo en pleno Corpus Christi.

Mar Palacio, en una imagen de fechas recientes en Pedreiras

“Ha habido buenos y malos ratos”, reconoce al hacer repaso de casi 17 años al frente del Instituto de Estudios Bercianos Mar Palacio, quien destaca entre los primeros la “convivencia con los socios”

La “convivencia con los socios” es uno de esos “buenos ratos” de casi 17 años dirigiendo la histórica entidad cultural, con más tiempo desde su jubilación a finales de 2018 como profesora del Instituto de Educación Secundaria Europa de Ponferrada. “Ha habido muy buena sintonía”, añade al remitirse al álbum de fotos rescatado en la página web del IEB y al situar por encima del centenar los integrantes habituales en este tipo de viajes sin destinos recurrentes y con Castilla y León como principal referencia. “Pero también hemos ido a Navarra, Cádiz, Portugal…”, detalla sobre un capítulo que las restricciones marcadas para combatir el coronavirus dejarán todavía un tiempo en cuarentena.

Hubo también “malos ratos” que tuvieron final feliz. Palacio rememora la “satisfacción tras mucha tensión” en el proceso que permitió poner en valor el yacimiento arqueológico de Pedreiras, vinculado a Las Médulas. Sin contar el Instituto con recursos suficientes para comprar el espacio a sus propietarios (la familia Olego, de Lago de Carucedo), la señal inicial de 3.000 euros salió de las carteras personales del equipo directivo de la entidad. Fue en enero de 2005 cuando el IEB reunió los 42.000 euros necesarios para adquirir Pedreiras. Por el mismo precio, en noviembre de ese año, la Junta de Castilla y León se hizo con la antigua villa romana. “La intención al comprarlo nosotros fue que el espacio que había sido privado fuera público”, constata.

El proceso resulta, al mismo tiempo, un ejemplo de política de continuidad en el IEB. “Yo seguí el hilo heredado de (el anterior presidente) Alfredo (Rodríguez)”, cuenta Palacio al citar el “compromiso” con este espacio incluso a través voluntarios en campos de trabajo potenciados con el traspaso a la administración autonómica. Y no deja de subrayar que una de aquellas aportaciones particulares que redondearon la señal inicial de 3.000 euros salió de la cartera de la nueva presidenta, Patricia Pérez Bruzos, ya entonces en el equipo directivo, para cerrar así un círculo de dos décadas de historia en el Instituto de Estudios Bercianos.

Fue en enero de 2005 cuando el IEB reunió los 42.000 euros necesarios para adquirir Pedreiras. Por el mismo precio, en noviembre de ese año, la Junta de Castilla y León se hizo con la antigua villa romana

Villa Romana de Pedreiras

Villa Romana de Pedreiras

Mar Palacio (octava por la izquierda de pie), en un viaje cultural a Toledo en junio de 2017, en pleno Corpus Christi